La Asociación Nacional del Rifle (NRA) arremetió con una demanda contra el estado norteamericano de Florida con el objetivo de obstaculizar una ley que eleva de 18 a 21 años la edad mínima para la compra de armas de fuego.
Asimismo, la iniciativa financiará programas de salud mental y seguridad escolar por un monto de 300 millones de dólares, y otros 26 millones se destinarán a demoler y reemplazar el edificio donde ocurrió el tiroteo del 14 de febrero y construir en el lugar un monumento conmemorativo.
También describe un programa voluntario que permitiría a las escuelas capacitar y armar a ciertos miembros del personal, entre los cuales no estarían los educadores a tiempo completo, una propuesta que llegó a plantear el presidente Donald Trump, pero que fue recibida con rechazo por muchos sectores.
Aunque no comprende poner armas en manos de los maestros, el texto sí abre el programa a otros funcionarios escolares, desde entrenadores hasta consejeros y bibliotecarios, para lo cual destina 67 millones de dólares.
La demanda de la NRA se centra en la parte de la legislación que aumenta el límite de edad para acceder a un arma de fuego, porque, según el grupo de presión, “castiga a los propietarios de armas respetuosos de la ley por los actos criminales de un individuo trastornado”.
“Evitar que un joven responsable de 20 años compre la mejor herramienta para la autodefensa no detendrá la intención criminal desquiciada de cometer un delito”, agregó un comunicado de la organización, que considera a la nueva ley como violatoria de las enmiendas constitucionales segunda y decimocuarta.
Por su parte, la fiscal general de Florida, Pam Bondi, quien es una de las demandadas en la acción judicial, sostuvo que estaba orgullosa de la ley.
“Este proyecto no es perfecto y, lamentablemente, no traerá las 17 vidas perdidas en el horrible tiroteo escolar, pero la seguridad de nuestros niños no es un problema político, es simplemente lo correcto”, apuntó.
La matanza en la Marjory Stoneman Douglas llevó a los adolescentes sobrevivientes de ese hecho a convertirse en protagonistas de un gran movimiento que exige la acción de los legisladores en el control de armas y los llama a no aceptar más contribuciones de la NRA.