A partir de las recientes medidas, la bancarización en Cuba se ha convertido en uno de los temas del momento. Sin embargo, para potenciarla se viene trabajando desde hace varios años en la infraestructura tecnológica, la conectividad y las pasarelas de pago nacionales. Por ejemplo, la aplicación Transfermóvil fue creada en 2015.
En países desarrollados hacer pagos a través de transferencias bancarias es algo bastante común. No obstante, las condiciones en nuestro país son distintas. Las prohibiciones del bloqueo unidas a las limitaciones económicas dificultan el acceso a una mejor infraestructura, conexión e incluso a teléfonos móviles. Es por ello que el proceso es gradual.
Pero, no solo es un problema de recursos, también es, de cierta forma, cultural. Al ser relativamente recientes en el país el uso de este tipo de tecnologías y al no todos tener acceso a todos esos servicios, se dificulta su uso. Además, las generaciones jóvenes, nativos digitales, tienen mayores habilidades para aprender y utilizar la banca digital; al contrario de los adultos de la tercera edad, una población en crecimiento en el país.
Por lo tanto, al aplicar medidas de este tipo, siempre habrá que tener en cuenta qué opciones de pagos en efectivo no se pueden perder, más allá de que estimule el uso de lo digital. Además, deben ir acompañadas de formas de educación para que todos puedan aprovechar al máximo las potencialidades creadas.
Entre los beneficios de la bancarización encontramos el pago rápido y seguro de bienes y servicios, sin tener que depender del efectivo que se lleve a mano. También el pago de servicios públicos como la electricidad, el agua, la factura telefónica o el saldo del móvil, de impuestos, multas y giros postales. Además, es parte fundamental del comercio electrónico, lo que facilita el pago no presencial, por ejemplo, compras en tiendas virtuales. Incluso se pueden pagar los pasajes de los ómnibus interprovinciales con la Aplicación Viajando. Todo esto, de funcionar bien, contribuye a facilitar la vida cotidiana y a evitar las molestas colas.
Sin embargo, quedan todavía muchos servicios que informatizar para el pago electrónico, y también de lo que tenemos, queda mucho por perfeccionar. Ante los problemas existentes, quedan inquietudes, como si la infraestructura estará preparada para soportar un aumento e incluso un uso mayoritario de pagos electrónicos, cuando las plataformas de pago actualmente sufren de períodos de fallas técnicas. Si los POS en las tiendas pierden conectividad y son minoría ¿qué sucederá cuando se pongan en todos los comercios y también en los negocios privados?
Al respecto, recibimos opiniones de varios usuarios en Facebook. Así fue la de Lilibeth Alfonso Martínez quien nos comenta: “no hay infraestructura suficiente. A cada rato las redes no funcionan, y lo mismo pierden la conexión los bancos que no funcionan las APK”.
Por otra parte, a Rouslyn Navia Jordán, le preocupa que todavía buena parte de los servicios en el país son por efectivo y los límites de extracción de dinero de los cajeros automáticos. “ Al menos en lo que a ofertas estatales se refiere, bodega, comercios, tiendas, el agro, todo es en efectivo. Yo hago pagos por transferencia más seguido con actores no estatales que con los estatales”, subraya.
Asimismo, Ania Manduley López, señala que con la inflación y sin la infraestructura creada los límites bancarios no ayudan. “El límite de dinero entre transferencias y efectivo no soluciona el problema. Con 5 mil pesos diarios uno no resuelve nada con los altos precios de todos los productos”, comenta. Además, le preocupan las personas de la tercera edad, quienes “no pueden ni costearse un teléfono inteligente ni entienden de tecnologías o no confían en estos métodos de pago”, agrega.
Aunque no todas las opiniones son negativas. Por ejemplo, señala Javier Ortiz: “He tenido experiencias positivas con el pago con tarjetas cuando ha sido una opción porque no llevo efectivo encima. Pero es más lento que pagar con efectivo. Creo que la bancarización debería ser un proceso orgánico y escalonado, verdaderamente gradual, adaptado a la velocidad que la gente quiera darle, sin plazos ni metas”.
El tema de los plazos es algo que desde el Banco Central de Cuba se ha informado. No es que se vaya a eliminar por completo el pago en efectivo, sino que se potenciará el uso de canales electrónicos para las operaciones bancarias.
Paulatinamente,se crean las condiciones y capacidades para la bancarización de las transacciones de cobros y pagos entre todos los actores de la economía y con la població, facilitando el uso de los medios de pago, dispositivos y pasarelas de pago electrónicos existentes, además de potenciar la utilización de los títulos de créditos y otros medios de pago vigentes, reduciendo el dinero en efectivo”, explicó el director general del BCC, Julio A. Pérez Álvarez.
Potenciar las transacciones electrónicas, más allá de una necesidad del contexto, debe ser una medida que impulse una tecnología accesible de ese tipo en el país, tanto para la población, como para los actores económicos. Aunque dejar de guardar el dinero debajo del colchón y usar menos efectivo no es solo una cuestión de tecnología o de edades, va también en una educación sobre el tema, en la confianza en el sistema bancario, en recibir un buen servicio, y en una economía que permita el pago electrónico en su cotidianidad.