Bosque de manglar vital para la protección del ecosistema

Foto ACN

Manzanillo. Noviembre 12.- Más de dos tercios de las costas del archipiélago cubano están contenidas por manglares, bosques siempre verdes, muy especializados en las condiciones de gran salinidad y exceso de humedad.

Cuando reciben aportes considerables de agua dulce, como es el caso de algunas zonas de Manzanillo, los manglares llegan a alcanzar de 20 a 25 metros de altura y una considerable densidad, reseña la periodista Carmen León Guerra.

De ahí que en algunos sitios de la región manzanillera, el estado de salud  de los manglares es bueno y brinda importantes  servicios ecosistémicos a  los seres humanos, cuestión que entra en correspondencia con la garantía de su protección, conservación y restauración donde este bosque exhiba diferentes estados de degradación. 

En el caso específico de las costas del Golfo de Guacanayabo, se precisa el mantenimiento en buen estado de los aliviaderos de las presas y diques para mantener abiertos los canales que garantizan la renovación de las aguas, así como la protección rigurosa de la primera franja de manglar  en  la línea de costa prohibiendo la tala.

Es muy importante asimismo, controlar los vertimientos de desechos   industriales en las áreas de mangles y lograr la eficacia de los cuerpos de protección establecidos para la conservación de los manglares.

Vale destacar que en Manzanillo y muy estrechamente ligado con la Tarea Vida, se lleva a cabo un programa de educación y concientización ambiental que tiene como objetivos la protección de los bosques de  mangles, con la previsión de la actual realidad del Cambio Climático como  una amenaza para el planeta, tanto por la elevación del nivel medio del  mar, como por el aumento en número e intensificación de fenómenos meteorológicos extremos como los huracanes.

Muchas devastaciones pudieran evitarse si las líneas de costa conservaran esos ecosistemas, que la acción del hombre ha dañado o destruido, a veces por capricho, necesidad o desconocimiento de su valor ecológico y económico.

El establecimiento en Cuba de la Ley Forestal, orienta a la protección estricta de los manglares, pero su conservación no solo depende de lo estipulado legalmente, sino de la concientización de su vital importancia para el hábitat de numerosas especies, incluyendo el hombre.

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