Una ola de delincuencia en el estado brasileño de Espírito Santo se saldó ya con más de 120 muertos debido a una protesta policial que dejó a las calles sin patrullas y que cumplió hoy una semana.
Las autoridades del estado anunciaron hoy que 703 policías fueron acusados del “delito de revuelta” debido a la medida de fuerza con la que intentan conseguir un aumento de sus salarios. “Nuestra tropa escogió la forma errada (de negociar)”, dijo un comandante de la Policía Militar de Espírito Santo, Nylton Rodrigues.
Según la Agencia Brasil, los agentes pueden ser sentenciados a entre ocho y 20 años de cárcel en presidios militares en caso de ser condenados. Se espera que el número de acusados aumente.
Debido a que los policías tienen prohibido ir a la huelga, las esposas de los agentes organizaron las protestas bloqueando los accesos a los cuarteles desde el sábado para impedir que salgan las patrullas. Esa modalidad de protesta se extendió hoy también a varias zonas de Río de Janeiro.
El presidente de Brasil, Michel Temer, condenó las paralizaciones que han sumido a Espírito Santo en una situación de anarquía.
“El presidente subraya que el derecho a la reivindicación no puede tomar al pueblo brasileño como rehén”, señaló una nota difundida por la presidencia, que calificaba también el comportamiento de la Policía como ‘inaceptable’.
Sobre todo la capital de Espírito Santo, Vitória, ubicada unos 520 kilómetros al noreste de Río, sufrió una ola de asaltos callejeros a mano armada, saqueos y tiroteos.
Un sindicato policial cifró en 121 el número de muertos hasta hoy, según el portal ‘Globo’. Las autoridades reportaron también más de 600 robos de autos en sólo una semana.
El Gobierno central envió en los últimos días a unos 1.700 militares para intentar restaurar el orden público en la región. El número de soldados se debe incrementar hasta los 3.000 el fin de semana, según ‘Globo’.
Un intento de negociación entre las mujeres de los policías y representantes del Gobierno regional fracasó hoy, en el séptimo día de las protestas.
La Policía pide un incremento salarial pendiente desde hace siete años, explicó a la agencia dpa la esposa de un agente, Maluma Pereira Jordao Roepke, que participa en las protestas.
‘No quieren dar el aumento’, dijo Jordao Roepke. ‘La paralización continuará’, agregó la portavoz.
Los representantes del Gobierno también se mantuvieron en su posición después de que se venciera hoy un plazo para que los agentes retomaran sus labores. ‘La mesa de negociaciones pierde sentido’, dijo el secretario de Derechos Humanos de Espírito Santo, Julio Pompeu, al canal Globo News.
Al igual que otros estados brasileños, Espírito Santo sufre serios problemas financieros debido a la crisis económica en el país.
En Río de Janeiro, varios grupos de esposas de policías organizaron hoy también manifestaciones emulando las de Espíritu Santo. Las protestas se registraron delante de 27 de los 100 batallones del estado, según ‘Globo’. La Policía Militar de Río, sin embargo, aseguró que las patrullas se realizaban con normalidad en la región.
La posiblidad de que las protestas se generalicen causó temor en Río, la segunda ciudad más grande de Brasil, donde viven unos 6,5 millones de personas. Según el diario ‘Estado de Sao Paulo’, varios alcaldes movilizaron fondos para mejorar los salarios de la Policía.
Además de reclamar aumentos salariales, muchos funcionarios públicos de Río reclaman desde hace meses por retrasos en el pago de sus sueldos.
(Con información de DPA)