«De Cuba traigo un cantar hecho de palma y de Sol,/ cantar de la vida nueva y del trabajo creador»; dijo el juglar y, negro y blanco, vida y patria, fundiéronse en tonadas verdaderamente de pueblo.
Las cuerdas de la guitarra se batieron con los dedos y vistieron de acordes las hazañas de una pequeña Isla hecha de fuego redentor, cual imagen sonora de un tiempo donde los latidos anunciaban la fe revolucionaria.
Carlos Puebla Concha volcó la inquietud ardiente de libertad en sus versos, y aquel son cubanísimo, que corría por sus venas, se volvió razón de una vida dada al arte de cronicar la historia de la tierra que habitó con orgullo.
La gracia de su voz se esparcía por el éter desde la CMKM manzanillera, en su tierra natal, y con la picardía criolla de quien siente lo que dice, conquistó corazones.
Quiero hablar contigo: «Yo sé que lo nuestro no ha de volver nunca,/ que sólo el recuerdo de cosas pasadas/ queda entre los dos./ Y a pesar de todo quiero hablar contigo/ para que me digas si sientes la misma/ soledad que yo».
Había impulso libertario en las letras de quien clamó Pobre de mi Cuba y Plan de machete, previo al enero triunfal del 59.
Prevaleció la certeza de una Revolución gigantísima como su esencia misma. «Aquí pensaban seguir tragando y tragando tierra, sin sospechar que en la sierra se alumbraba el porvenir… Se acabó la diversión, llegó el Comandante y mandó a parar».
De su estirpe nacionalista y el valor distinguido en aquellos, más que hombres, héroes, brotaron coplas sencillas que perpetúan al Camilo vivo en la lucha y en la independencia, al Comandante que planta bandera con la luz de su sonrisa.
Canto a Camilo: «Vivo estará en la pelea/ tu brazo de guerrillero/ si por el patrio sendero/ asoma una mala idea».
Hasta siempre Comandante: «Aquí se queda la clara,/ la entrañable transparencia,/ de tu querida presencia/ Comandante Che Guevara».
A 31 años de la muerte, el 12 de julio de 1989, sus melodías le preservan en la cúspide del pentagrama musical cubano.
Nunca dejará de ser cantor, al multiplicarse en su Cuba, en su Revolución, entre su pueblo, las razones para seguir cantando.
«De Cuba traigo un cantar, para el ensueño mejor/ cantar para la esperanza, para la luz y el amor».