Manzanillo. Enero 25.- Si hay un campesino que en Manzanillo logra incrementar sus producciones con una voluntad de trabajo que le permite vencer obstáculos, es José Orlando Figueredo Villaverde.
Su nombre pasa casi desapercibido pues a él todos lo conocen por Chao. Muy temprano en la mañana es común encontrarlo en medio de las labores del campo, allá en la zona llamada Algodonal de la comunidad rural de Troya.
Este destacado labriego de la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Reginaldo Navarro Viltres, pertenece al movimiento de avanzada de esta entidad. Este campesino de pequeña estatura pero con una firmeza y compromiso de hacer, hombre de pocas palabras, solo las precisas y muy directo, conversó con nuestra redacción sobre cómo consolida sus producciones en las más de seis hectáreas de tierra con su arduo trabajo diario.
– ¿Cuáles son tus aspiraciones para este 2021?
– Mis propósitos para este año son aumentar las producciones de yuca, boniato, los frutales, el plátano vianda, la guayaba enana rosada, limón y aguacate, lo que posibilitará una entrega mayor de viandas, frutas y alimentos a la población manzanillera.
– Gracias a tu ingenio creas tus propios medios de trabajo que te hacen producir la tierra. ¿Qué instrumentos logras, y cómo fue posible construir estos medios?
– He creado los arados y los cultivadores de manera artesanal. Los hice porque viendo la necesidad de que no todas las veces puedo disponer de estos medios, que son costosos, y que debido a la situación económica del país, y del propio bloqueo norteamericamo, decidí confeccionarlos yo mismo con la ayuda de otras personas que tienen los conocimientos técnicos necesarios.
– ¿Que satisfacción sientes al hacer uso de la ciencia y la técnica para lograr mayores rendimientos productivos?
– Realmente me complace ver cómo crecen mis siembras con la correcta aplicación de la ciencia y la técnica. Algo que me satisface es que recientemente en mi finca La Esperanza se realizó un vento municipal de agroecología promovido por la dirección municipal de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) de Manzanillo.
En el encuentro tuvimos la posibilidad de transmitir a otros campesinos de la misma cooperativa cómo hacer uso de los medios biológicos para combatir las plagas en los diferentes cultivos utilizando el árbol del nim, la Espina Rayo o Cardona, como también se le conoce, así como residuos de los palos de las hojas de tabaco, un medio biológico que espanta las infecciones en los diferentes cultivos. Esta actividad de capacitación la dedicamos a saludar los aniversarios 60 de la fundación de la ANAP, y 62 de la Primera Ley de la Reforma Agraria.
– ¿Qué importancia le concedes al uso de las técnicas agroecológicas?
– Es importante la aplicación de estas técnicas porque en estos tiempos los productos químicos están escasos debido al bloqueo norteamericano, y es una alternativa para poder salvar nuestras producciones, además se logran mejores resultados y alimentos más sanos.
– ¿Cuáles son tus proyecciones futuras?
– Quiero sembrar ahora en un área que tengo de café de la variedad robusta, también malanga y ñame, porque hay que diversificar la producción un llamado que nos hacen a nivel de país. Recordemos que el cambio climático es muy fuerte y nosotros los campesinos tenemos que aprovechar todo tipo de oportunidad para que la alimentación llegue a mercados, placitas y centros priorizados de este municipio donde existen muy pocos sistemas de riego. Yo responderé siempre con mi trabajo al llamado que hoy se hace por la máxima dirección del país que es producir la tierra.
