En esta Alianza somos un conjunto de naciones dispuesto a continuar haciendo el máximo de sacrificios por la dignificación y la felicidad posible de nuestros pueblos, expresó el Primer Secretario del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar la XX Cumbre del ALBA-TCP, en una noche poética, en la que el verso de las niñas y niños de La Colmenita evocó las raíces martianas y bolivarianas de ese proyecto que germinó de los ideales y ejemplos de Chávez y Fidel. La velada político-cultural contó con la presencia del General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución.
A propósito de la Cumbre de este 14 diciembre, el Jefe de Estado cubano hizo alusión a aquella otra mal llamada «de la democracia», convocada hace apenas unos días por Estados Unidos, «el país que más procesos políticos ha contribuido a derrocar en todo el mundo».
«No nos interesa cumplir los requisitos que exigía el anfitrión, pero hay que tener muy pobre concepto de la democracia para convocar en su nombre a unos y excluir a otros, solo porque esos otros hayamos elegido un modo distinto de gobernarnos». Dijo, además, que los cubanos que sufrimos esa política de bloqueos y sanciones, se preguntan «¿qué moral tiene Estados Unidos y quién le dio la autoridad para decidir, a nivel planetario, qué es democracia?».
Antes, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, recordó que hace 17 años Fidel y Chávez dieron un paso audaz al construir la nueva unión de América Latina y el Caribe, con la fundación del ALBA-TCP, del cual dijo que ha tenido una gran capacidad de innovación y creación para cabalgar las distintas coyunturas e impactar con acciones la vida de los pueblos.
Maduro reiteró que solo juntos será posible el sueño de la estabilidad y el bienestar verdadero de nuestros pueblos. «Cada quien separado jamás logrará poner bases sólidas permanentes de desarrollo para la vida», destacó.
Para el dignatario venezolano «estamos en un momento especial de la ALBA, y si ponemos el tema económico, monetario, financiero y productivo en el centro de nuestras acciones, estoy seguro de que en la nueva época que se ha abierto también la ALBA se encontrará otra vez en la vanguardia de los cambios revolucionarios que nuestros pueblos aspiran», y agregó que «no es una alianza amenazante para disputar territorios ni riquezas, es una alianza para la paz y la vida; que recoge los anhelos de 200 años o más de nuestros pueblos. Con el ALBA hay que contar si queremos una América unida», sentenció.
La alegría de los niños y sus sentimientos al contar el ALBA, a través de sus fundadores, encontraron los cimientos de este proyecto emancipador.
Es para ellos que la XX Cumbre afianzó sus argumentos de solidaridad, complementariedad y justicia social, tres vocablos que les llegaron a las delegaciones participantes, y al mundo entero, en un torrente de emociones que nos trajeron a Chávez y a Fidel para seguir guiando la luz de los amaneceres de lo que Martí llamó Nuestra América.