También celebraron el aniversario 70 del Consejo Mundial de Iglesias con la participación en un culto especial efectuado en esta capital, y desarrollaron encuentros sobre el trabajo interno del Nccusa.
En conferencia de prensa a su llegada a la mayor de las Antillas, los religiosos cubanos y estadounidenses divulgaron una declaración conjunta, en la que manifestaron su preocupación por la reducción drástica del personal de la embajada de Estados Unidos aquí.
Añadieron que la medida de la administración de Washington afecta a las familias cubanas y obstaculiza el intercambio de persona a persona entre los dos países.
El reverendo Antonio Santana, presidente de CIC, ratificó, además, la disposición de las organizaciones a continuar el trabajo por el restablecimiento del proceso de normalización de las relaciones entre las dos naciones, iniciado en diciembre de 2014 por el entonces presidente de Cuba, Raúl Castro, y el anterior jefe de la Casa Blanca, Barack Obama.
Mientras, Jim Winkler, secretario ejecutivo de Consejo Nacional de Iglesias de Estados Unidos, lamentó el estancamiento de las conversaciones bilaterales provocado por la política del actual mandatario estadounidense, Donald Trump, pero vertió esperanzas sobre una pronta reanudación.
Indicó también que dentro del territorio estadounidense un gran número de personas presionan por la eliminación del bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene Washington contra Cuba desde hace casi 60 años.
Winkler señaló que esa lucha significa asimismo un gran compromiso para el Consejo Nacional de Iglesias de Cristo de EE.UU., que apuesta por un mundo de justicia social, el amor entre los pueblos y la unidad de las iglesias.
El Consejo de Iglesias de Estados Unidos abarca más de 100 mil congregaciones locales con alrededor de 40 millones de creyentes de tradición cristiana y protestante.
agp/lrd