En más de una ocasión hemos acudido al tema que ahora retomo y que por reiterado, aunque no pierde importancia se asemeja a eso de que “llueve sobre mojado”.
Es ya costumbre que con la temporada de las lluvias en Cuba, se despierta el deseo en jóvenes fundamentalmente, de salir a bañarse bajo el aguacero, ejercicio que resulta siempre refrescante, máxime ante el intenso calor de nuestros días veraniegos.
Visto así, es buena y agradable la acción, si asumimos este baño con mesura y responsablemente, en el patio de la casa, o en los frentes de ésta.
Pero, y aquí es donde queremos detenernos, – los baños bajo la lluvia últimamente nada tienen que ver con la danza legendaria del clásico filme estadounidense Cantando bajo la lluvia y mucho menos con un sano esparcimiento.
Los jóvenes, adolescentes y niños de ambos sexos, que se aventuran escandalosamente mientras llueve, descalzos y sin otro atuendo que un short, hacen cualquier cosa, excepto bañarse con el agua que cae del cielo y se exponen a diversos riesgos que dañan la salud.
La mayoría expone su cuerpo al piso resbaladizo de parques por ejemplo, a cables eléctricos y a caídas de objetos que pueda llevarse el viento, porque los hay que no temen ni siquiera a ráfagas.
Generalmente se acompañan con pelotas, de diferentes tamaños, y lejos de jugar con ellas, porque no se practica buen futbol, voleibol y mucho menos beisbol en esas condiciones, también se convierten en objetos peligrosos al ser lanzadas hacia todas partes, incluso entre sí y Qué decir de la algazara y las blasfemias que tal parece…No, no creo que la lluvia motive a decir palabrotas!
En tiempos de coronavirus que vivimos donde es preciso extremar medidas higiénicas y sanitarias para preservar la vida, esta manifestación de indisciplina se mantuvo agazapada en Manzanillo, ¡pero porque no llovió ni en marzo ni en abril,! porque en los días de mayo y el actual junio que iniciaron las lluvias, ahí estaban los bañistas, desafiantes.
El llamado es a todas las personas encargadas de contribuir a la educación y formación de los muchachos de la casa, a meditar sobre esta problemática y así aunando voluntades, eliminaremos tamañas peligrosas conductas bajo la lluvia.