De Manzanillo, Original mientras haya pueblo (+Fotos y video)

Ella es su ciudad, que canta pegada a la armonía del piano de un Maestro. A corazón abierto, como si de la vida se tratase, Manzanillo palpita en cada acorde y bulle al ritmo del son con el más puro estilo oriental. Su leyenda crece entre sonoridades y existe Original por siempre.

Se dice que ella es Manzanillo, reflejo musical de un pueblo que habita a orillas del mar tan modesto como sus pescadores y robusto como las raíces de su identidad. Forjada en el fuego de la dignidad y el ánimo de habitar libre, esplendorosa, como las notas del pentagrama, capaces de volar sin límites, de adentrarse en lo recóndito, y conquistar ad libitum.

Es la orquesta Original de Manzanillo insignia de su tierra, hija amorosa que le nació de las entrañas hace casi seis décadas y hoy se renueva, con la frescura de la juventud, y refuerza su calidez en brazos de su madre.

“En la renovación de la orquesta veo la continuación de un legado que se forjó hace mucho tiempo”, expone el padre de la Súpercharanga de Cuba, Wilfredo Pachy Naranjo Verdecia. “Están juntos, los nuevos integrantes y los que me acompañan hace tiempo, defendiendo una causa, contribuyendo a que sea una orquesta llena, rica, muy bailable, en la que el público tiene siempre la última palabra”.

Sin perder su esencia, su estilo, y sin morir, renace en una nueva generación de músicos que agudizan la exquisitez en cada interpretación. Evoluciona, como cuando de aquella imitación de la Aragón experimentó el salto a lo autóctono, con los tres golpes del güiro, y asumió la cadencia del órgano oriental, junto a la típica caricia de la tumbadora, el bajo eléctrico, la flauta y los violines.

Ahí habita su identidad, que imbricó luego el teclado inteligente, la máquina del ritmo y secuenciadora, y permanece. “La orquesta es hoy la que hace años quería tener, esta generación de la Original de Manzanillo está demostrando que quiere defender lo que por tiempo soñaron, integrarla y cumplir con el deber de hacer bailar al público”.

En allegro

En busca de ese crecimiento sonoro irrumpe la novedad de una viola, y su lectura de clave de Do en tercera, junto al dúo de violines. La combinación de su sonido tenue con la brillantez de los violines redondea la tímbrica de las cuerdas, a decir de Marco Antonio Rancel, primer violín, con 23 años de ejecutar este instrumento cuyas cuatro cuerdas van desde la más grave a las agudas.

Para Alexi Rondón Guerra, egresado del Conservatorio Esteban Salas de Santiago de Cuba, “el Maestro Pachy, como excelente arreglista, ha logrado la integración perfecta de la viola; y aunque existe mucha diferencia en la riqueza rítmica respecto a la música de concierto me siento feliz, cómodo; exige de mí estar atento a los cambios de tiempo, a la síncopa, entradas del director y las que se producen en tarima, pero es un orgullo estar aquí haciendo música y marcando la diferencia con mi instrumento”. 

Entre los suspiros de violines llegó la más joven de la orquesta, Thalía Ramírez Pacheco, quien a sus 18 años y recién graduada de nivel medio profesional confiesa “sentir la adrenalina y la alegría de ver al público disfrutar de la Original, y a la vez mi emoción, el orgullo y nerviosismo de pertenecer a esta institución cultural de tanto prestigio a nivel mundial”.

Ella se siente en casa, porque la acogida ha sido como de familia, “eso es lo que somos”, sintetiza el tumbador Miguel Nicolás Zamora Aliaga a 12 años de su entrada a la típica manzanillera. “Pachy es muy exigente con sus números, trata de engrandecer el repertorio con la maestría que le caracteriza, su dominio y oído musical. Pero indudablemente es un maestro y en esta nueva etapa los muchachos tienen disciplina y hemos hecho una química perfecta, somos una familia”.

La de sangre también está presente, pues el hijo de Miguel, Frank Zamora, toca el güiro después de la jubilación del fundador Luis Enrique Arango; en manos jóvenes se preserva la vitalidad: “los cambios hacen sentir más expresión y fuerza musical en la orquesta, siempre respetando el sello del Premio de la Música 2011 y Maestro de Juventudes, que le ha llevado a la gloria”.

Sustentar ese legado de excelencia, que la distingue entre las grandes agrupaciones del panorama musical cubano, es una responsabilidad que ahora asume Karelia Naranjo Alarcón, directora de la orquesta por decisión de su padre.

“Él sigue dirigiendo a nuestro lado, preparándonos para dar continuidad a lo que ha creado, y es muy grande el compromiso por ser esta la orquesta emblemática de la provincia, y siempre será un reto mantener esa historia”, afirma ella detrás del teclado, orgullosa de que en estos primeros pasos “pese a la juventud que prima, sentimos y nos dicen que, suena a Original”.

Entre los nuevos, Luis Yordanis Rondón Leyva acaricia el bajo, dispuesto a dar su aporte. “Pachy ha dejado que demos vida a la orquesta, nos ha dejado crear, siempre y cuando se respete el sello; y en esa libertad se respira un aire puro”.

Mientras que Yoandris Vázquez Matos, a cargo de los timbales y la batería electrónica, sigue el ejemplo de predecesores como Chiqui Pérez, Rubén Solano, y “cumpliendo las exigencias del Maestro, de quien su nobleza y sencillez te penetran por la piel, y motivan a entregar de mí todo”.

Otra de las sorpresas es ver al Maestro alternar en el piano con Yuri Alexander Alarcón Magadán, de quien dice “hace unos solos maravillosos”. Lleva en su ejecución la sonoridad de Manzanillo: “el manzanillero se sabe cuándo es de pura cepa, acentúa Yuri- porque la pianística y música nuestra es genuina y quien ha dado pie a ello es Wilfredo Salvador Naranjo Verdecia”.

En la flauta, Amauri Salvador García Ramírez, se adapta al trabajo con violines, “para alcanzar ese engrane entre ambos, como ya se siente en tarima durante los conciertos, y como se percibe entre el colectivo técnico, de dirección y todos”.

Voce

Similar empeño al de su hermana lleva en su torrente Katia Naranjo Alarcón, vocalista que asume el canto con disciplina y autoexigencia, y para quien “después de este proceso de buscar otras visiones para nuestra música, y de organización muy arduo, que el público responda de la mejor manera posible y que los comentarios sean favorables, es una gran satisfacción porque nos debemos a él”.

Junto a ella Lover, Yudioski, Isidro y Esley, entonan con sus voces el amplio repertorio aún en proceso de montaje, cuyas piezas cubanísimas ensalzan la identidad desde la composición y orquestación que recorre la historia musical y tradicional cubana, y se adentra en sones, merengues, guarachas, con los que la Típica manzanillera ganó premios, visitó más de 50 países de América, África y Europa, y conquistó el corazón de sus seguidores.

“Toda una década al lado del Maestro y de la mejor obra musical que he podido apreciar”, expresa con singular elocuencia Lover Márquez Fonseca. “Siempre que la presento digo ¡Sí señor, siempre Original! La Súper charanga de Cuba, la única y exclusiva, y me siento honrado de formar parte de ella, de entregar el binomio  micrófono y voz, a esta mi novia, de la cual me enamoré”.

“Ella es una escuela para la música popular bailable cubana, algo que trasciende por 60 años”, dice Yudioski Vedey Carrillo, quien se nutre de compañeros con cualidades vocales diversas. Entre ellos Isidro Sánchez Pompa, de retorno 25 años después a la que es “una de las orquestas más grandes que ha tenido el país: son los Van Van en La Habana y La Original en Oriente, que existirá mientras Pachy esté y luego custodiada por su hija”.

“Junto a la Aragón es una de las típicas que forma parte del patrimonio de la música en Cuba”, sentencia Esley Martínez Fuentes, con seis años de integrarla. “Y Pachy, un padre, un creador de melodías, que hace bailar con sus notas a Cuba y el mundo entero. Todos saben lo que significa para el manzanillero, así que hay Original para rato”.

Fine

En tarima frente a los bailadores, en el espacio donde hoy ensayan las melodías y en su andar, estos hombres y mujeres se saben protectores de una herencia distintiva.

“La profesionalidad de los instrumentistas y cantantes, el haber estudiado por mucho tiempo la historia de la orquesta, provoca que tenga calidad musical, mantenga su estilo, su sello, aunque con aportes que desde la juventud están haciendo”, expresa con emoción y orgullo el Maestro de juventudes, Pachy Naranjo.

Cual escuela forjadora de talentos, o universidad musical como la cataloga el cantante con más años de permanencia en ella hoy, robustece su estirpe legendaria.

En la riqueza de su compás moldeada por la genialidad de su artífice mayor, arreglista, compositor, glorifica el quehacer musical de la porción de suelo que no abandona, y desde la que llevó la cubanía al mundo.

“Hoy la Original tiene un momento maravilloso en su historia, y percibo, que es mi sueño, que mientras haya Original de Manzanillo habrá pueblo, y mientras haya pueblo habrá Original de Manzanillo”.