Manzanillo. Marzo 6.- La muestra de que los manzanilleros debemos seguir elevando la percepción de riesgo ante la COVID-19, es el incremento de casos positivos que por estos días viene reportando el territorio, de ahí que es necesario que elevemos nuestra responsabilidad para evitar los contagios.
No basta con el accionar de los medios de prensa locales, o con el establecimiento de fuertes medidas restrictivas, si no existe en nosotros mismos esa conciencia y disciplina que se necesita para tratar de frenar los contagios con esta enfermedad, causada por el nuevo coronavirus Sars-Cov-2 que puede tener un desenlace fatal para la vida de cualquier persona.
Es vital volver insistir en el estricto cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias establecidas por el Ministerio de Salud Pública. En ese lavado frecuente de manos, el uso correcto del tapabocas, el distanciamiento físico, la desinfección de las superficies, y evitar los saludos con besos y abrazos, son los únicos métodos que nos van a dar el éxito en esta batalla.
Pero no sólo basta con estas acciones básicas orientadas, también debemos ser más responsables en no cometer actitudes imprudentes, evitar las fiestas, las innecesarias aglomeraciones, el desorden, y sobre todo velar por nuestra obligación de proteger a los ancianos y niños, grupos etáreos especialmente vulnerables.
En este último tema quiero detenerme, pues no comprendo que si desde el pasado 12 de febrero se detuvo el curso escolar, y las puertas de nuestras escuelas se cerraron para vigilar y cuidar más a los pequeños desde el hogar, ¿porque los padres y tutores de los infantes y jóvenes permiten que sus hijos permanezcan varias horas en la calle, jugando pelota y fútbol o retozando en grandes grupos de muchachos?
Ahora la justificación es el uso de una masacrilla, casi siempre lujo, por permanecer de adorno en las barbillas o gargantas, en vez de estar bien colocadas, excusa que no deben tenerla presente, porque lo orientado es permanecer en casa estudiando y cuidándose.
Cada día se informa de las altas cifras de pacientes pediátricos que se contagian con esta enfermedad, y se nos hace el llamado para cuidarlos. Pero parece que las palabras no han sido suficientes para tener bien claro lo importante que es tener presente la percepción del riesgo.
Este es un tema del que debemos hablar todos los días por las constantes violaciones que vemos en las calles por nuestra población. Siempre será mejor cuidarnos y tener presente que es la disciplina la mejor vacuna que puede salvarnos.