En las labores para descontaminar la bahía ubicada en el sur de la provincia central de igual nombre, se utilizaron barreras para contener el derrame, con equipos manuales para la extracción de plantas contaminadas con hidrocarburos y de otros equipamientos de tecnología avanzada para recoger el carburante en las aguas.
Figueroa aseveró que la aplicación de productos como el Simple Green, aprobado por el Citma y considerado un biodegradable, ayudó a reducir el impacto, pues su acción fracciona las partículas de hidrocarburos hasta evaporar una parte con el sol, mientras otras se disuelven en el agua, con alta efectividad.
El especialista indicó también que la afectación en la bahía no alcanzó a sus 88 kilómetros cuadrados porque la contaminación ocupó solamente el lóbulo norte y central de la ensenada, no así en la parte sur donde está situada el área protegida de la laguna de Guanaroca.
Explicó que en un primer recorrido el 29 de mayo junto a una comisión múltiple, se estimó de un 60 a 70 por ciento de contaminación, sin embargo, el aporte de los ríos crecidos ayudó a la limpieza de la rada.
En esa visita a la zona afectada avistaron peces muertos y aves manchadas, aunque el mayor impacto radica en el ecosistema acuático, sobre todo en la fauna que vive adherida a la roca, donde la marea sube y baja, aseguró a medios de prensa.
De acuerdo con el especialista, evaluar los daños ambientales requiere de tiempo, pues es necesaria la transparencia de las aguas de la bahía para avistar en las profundidades.
Figueroa subrayó, además, que se ubicaron dos áreas de sacrificio en tierra, aprobadas por Planificación Física y Citma, a donde se lleva el material contaminado que se extrae de la zona industrial y de otros puntos como el castillo de Jagua, Perché, Jucaral, caletón de Don Bruno y Calicito.
El experto enfatizó en la necesidad de actualizar los planes de respuestas a peligros, vulnerabilidades y riesgos, a partir de estas nuevas situaciones ocurridas en la provincia.
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