Donde la información también salva

El Puesto de Mando àra la COVID funciona las 24 horas del día en la dirección municipal de salud // Foto Marlene Herrera
El Puesto de Mando àra la COVID funciona las 24 horas del día en la dirección municipal de salud // Foto Marlene Herrera

En el mismo ojo del huracán, donde reina una aparente calma, trabajan los integrantes del Puesto de Mando de Salud Pública para la COVID-19 en Manzanillo, aunque el sol allí dentro toma matices numéricos y sus rayos llegan trastocados por la positividad al virus.

Una decena de profesionales del sector sanitario e informático, con una retaguardia innumerable, son los encargados de manejar el cúmulo de información que se genera en torno a una porfía que ya supera el año, que despeja las incógnitas y señala la ruta.

Con una vitalidad de 24 horas por día, es este el centro de información y estadística donde se conoce primero cuál paciente resultó positivo o no, y más trascendente aún donde se dicta, tras análisis minucioso, la clasificación y conducta a seguir para tomar la delantera al enemigo.

«Es el corazón de la coordinación de todas las actividades relacionadas con la COVID-19, somos quienes hacemos posible el engranaje de las atenciones primarias, secundarias y los demás organismos para hacer funcionar con armonía todas las acciones y aportar al control de la enfermedad», comenta la doctora Zulay Rodríguez Domínguez, especialista en Medicina General Integral y jefa del citado equipo.

«A partir de nuestras evaluaciones se determinan los planes de acción en los que Salud Pública lleva la voz principal, pero todos han de contribuir con la parte que le toca».

Doctora Zulay Rodríguez Domínguez, especialista en Medicina General Integral y jefa del Puesto de Mando para la COVID en la dirección municipal de salud // Foto Marlene Herrera

Los protocolos allí también se cumplen, cada cual asume su rol consciente de que la batalla es por un bien común, y a ello dedican las horas sin medir tiempo, atentos a cada detalle del que puede depender una vida.

Las encuestas, la toma, envío y recepción de los resultados de muestras para PCR, la decisión de los traslados, el análisis agudo para dictaminar la categoría del paciente y la conducta a seguir, la emisión de partes e informes a otros niveles para intencionar el actuar hacia el control, son sus principales faenas.

«Vamos quitando obstáculos, y de lo que hagamos depende el inicio de un tratamiento oportuno, precoz, y que aparezcan menos complicaciones.

«Sensibilidad, responsabilidad, eficiencia y eficacia, rapidez para tomar acciones y decisiones, permitirán el éxito de lo que se haga», valora Rodríguez Domínguez.

Yoandris Sánchez Tamayo, informático que trabaja en la actualización de la Base de datos // Foto Marlene Herrera

El informático Yoandris Sánchez Tamayo plantea estar relacionado «prácticamente con todo, desde una muestra que se envía, cuando retorna el resultado, la clasificación en los diferentes casos, las pesquisas en cada área, en fin, toda la información que se genera y digitaliza, para mantener la base de datos actualizada con los casos positivos, sospechosos, contactos, con toda su araña epidemiológica».

Pondera que «la precisión y exquisitez de lo que hacemos es esencial, un error puede desencadenar que un paciente positivo se quede en casa sin atención y contribuir a seguir propagando la epidemia.

«Es un reto diario porque todos los días se parecen pero no son iguales; lo más difícil es engranarlo y se logra».

Suelen ser las tardes más calmadas, aunque la rutina es la misma: una base de datos que llega, la verificación de un nombre, el conteo para las estadísticas, la orden de traslado, la definición del alta clínica.

Pero la mañana esa sí es explosiva, se definen tasas, incrementos, estratificaciones, procederes, «es agitada, tanto que algunos dicen que marea, porque cuando la información sale en la mañana es una bomba, todos quieren saber, y nosotros no pensamos en nada más que en ingresar cada caso; aunque siempre ofrecemos los detalles a quien lo solicite», dice la doctora Zulay Rodríguez.

La epidemióloga Marisela Pacheco Pompa aunque se había enfrentado a varias epidemias fuera del país en sus misiones de colaboración, afirma «es la primera vez que en Cuba enfrento una situación como esta, llevamos un año de trabajo duro, con condiciones indispensables que dificultan el desempeño, pero cumplimos.

Doctora Marisela Pacheco Pompa, epidemióloga // Foto Marlene Herrera

«Y a la vez, damos la información al pueblo vía teléfono, aunque quienes llaman no comprenden que nosotros somos seres humanos y estamos tratando de hacer el trabajo lo mejor que podemos para que todo salga bien, que haya un control más estricto de la epidemia, por lo que a veces son las 10 de la noche y aquí estamos».

«Nos urge ganar en conciencia y por eso insistimos, como parte de nuestra función en el llamado a cuidarse, a la comprensión de que el peligro está al lado suyo y si no cumple las medidas usted está en riesgo inminente de ser contagiado».

Ante esta entrega que no entiende de límites, corresponde a los demás, a ti, a mí, a todos, un actuar consciente, porque según la alerta de la doctora Zulay, «caminamos en la pendiente, cuesta arriba, y el éxito lo determinan la responsabilidad y la disciplina».

La indicación precisa, junto a la disciplina y la responsabilidad para detener la propagación de la epidemia // Foto Marlene Herrera