Donde sobra el amor y el profesionalismo

Manzanillo. Junio 11.- Una de los baluartes de nuestra sociedad, es la salud pública y gratuita a la que tienen derecho todos los ciudadanos cubanos desde que nacen; en este acto de salvar vidas se conjugan profesionalismo y dedicación.
Para todos los que desarrollan esta labor, es placentero ver como, con una mirada de cariño las dolencias se disipan; el trabajo se sensibiliza aún más si se hace con infantes; “Para los niños trabajamos porque ellos son los que saben querer”, dijo el Apóstol José Martí; bajo esta premisa actúa el colectivo de trabajadores del Hospital Pediátrico Hermanos Cordové de esta ciudad.
Son las enfermeras y enfermeros de esta unidad asistencial los que permanecen la mayor parte del tiempo cerca de los pacientes, los que velan por su bienestar; “nuestro personal de enfermería ha tenido muchas iniciativas –comenta la doctora Lucy Rosabal, directora del centro pediátrico- tratando que la vida del niño aquí sea más placentera y más amena, ya que por cuestiones de enfermedad, tiene limitaciones en el orden físico y muchas veces con una repercusión importante en el sicológico”.
“Hoy en el hospital tenemos aproximadamente seis niños que llevan una estadía prolongada, hablamos de más de tres meses viviendo con nosotros en la institución, y gracias a la creatividad del personal de enfermería, se le han creado algunos instrumentos que han estimulado los juegos, la dinámica del desarrollo sicológico del paciente y que hoy estamos palpando estos resultados que han sido positivos. Las seños aprovechan los materiales desechables para la confección de estos artificios, los estuches de esparadrapo, tapa de pomos de medicamentos que por sus colores variados llaman mucho la atención, bolsas de sueros vacías, las que inflan como pelotas, y así crean en cada sala de acuerdo con las patologías de los pacientes”.
Su misión principal es el cuidado de su salud, de lo que están muy pendientes. En esta institución desde hace 35 años se desempeña como enfermera María Rosa Pérez Peña, en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), para esta mujer, ayudar al bienestar de sus pacientes es su mayor satisfacción, “he atendido aquí a varios pequeños que por sus múltiples patologías tiene que permanecer por un tiempo prolongado en este servicio, para mí verlos sonreír en señal de agradecimiento me llena de alegría”.

María Rosa Pérez Peña, enfermera de la UCI en el pediátrico manzanilleros, trabaja por el bienestar de sus pacientes./Foto Lilian Salvat Romero
María Rosa Pérez Peña, enfermera de la UCI en el pediátrico manzanilleros, trabaja por el bienestar de sus pacientes./Foto Lilian Salvat Romero

Son las seños, las que están la mayor parte del tiempo junto a los pacientes, las que velan de cerca por su evolución y las que cumplen con su tratamiento en tanto continúan en la unidad asistencial, “estamos al pendiente de que se cumpla correctamente con lo que el médico indica, cumplimos con los horarios de administración de los diferentes medicamentos”.
Como Rosa, unas 143 asistentes laboran en 11 servicios; nueve de hospitalización, un salón de operaciones, un cuerpo de guardia y el departamento de consultas externas, “todas con la disposición de hacer una estancia más amena y llevadera dentro de la unidad asistencial,- asegura Katia Mora Barbán, responsable en el departamento de enfermería del hospital- siempre pensando en los niños, en cómo se pueden sentir como en su casa; tenemos muchas limitaciones en la parte económica, pero el amor y el cariño aquí siempre sobra”.

Katia Mora, responsable del departamento de enfermería en el hospital pediátrico Hermanos Cordové de aquí./Foto Lilian Salvat Romero