El comité de inteligencia del Senado estadounidense aprobó hoy la nominación de Gina Haspel como directora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y pasó el caso al plenario.
En la votación, que tuvo lugar a puertas cerradas, Haspel recibió el aval de 10 de los 15 miembros de ese panel legislativo, en el cual los demócratas Mark Warner, vicepresidente de dicho comité; y Joe Manchin se unieron a sus colegas republicanos.
Warner dijo en la reunión que Haspel será la primera oficial de operaciones en más de cinco décadas en liderar la agencia y garantizó que ella puede impedir que en esa entidad se cumplan órdenes ilegales o inmorales, incluso en caso de indicárselo el propio jefe de la Casa Blanca.
Desde que comenzó el proceso de confirmación tras ser nominada para el cargo por el presidente Donald Trump, Haspel enfrentó preguntas difíciles y cuestionamientos por su papel en el manejo de sitios donde fueron torturados presuntos terroristas tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Su polémica candidatura provocó la oposición de líderes políticos y militares, incluido el influyente senador republicano John McCain, quien instó a la Cámara alta a rechazarla, por lo que aún le resta obtener los 51 votos que necesita en el plenario -de los 100 asientos senatoriales- para convertirse en la primera directora de la CIA.
El 23 de abril más de un centenar de generales retirados de Estados Unidos pidieron al órgano legislativo examinar de cerca la participación de Haspel en el programa de entrega, detención e interrogación de prisioneros en el exterior.
Sin embargo, Haspel, actual subdirectora de la CIA, defendió con firmeza la actuación de esa agencia de espionaje en la denominada lucha contra el terrorismo, ya que los demócratas la presionaron repetidamente sobre la eticidad de la tortura, además de criticarla por proporcionar respuestas legalistas.
La preocupación principal de los legisladores es la participación de ella en esos procedimientos cuando servía en una prisión secreta en Tailandia.
De acuerdo con informes oficiales, al menos uno de los reos de ese centro de internamiento fue sometido en más de 80 ocasiones al método de ahogamiento simulado, consistente en verter agua sobre el rostro cubierto con una tela con el fin de provocar la sensación de asfixia al interrogado.
En 2002 la CIA cerró dicha prisión en la nación asiática y Haspel comenzó a trabajar para los servicios clandestinos de la agencia, entonces bajo la dirección de José Rodríguez, quien a petición de ella y sin el visto bueno de la Casa Blanca, ordenó destruir casi un centenar de cintas de vídeo en las que se documentaron las torturas a dos supuestos terroristas de Al Qaeda.
(Con información de Prensa Latina)