Manzanillo. Noviembre 15.- Las aulas de las escuelas manzanilleras recibieron a sus alumnos el pasado dos de noviembre, como en casi todo el país, al iniciarse el curso escolar 2020-2021, en esta ocasión de manera atípica debido a la COVID-19.
En el Reparto Caymari de esta ciudad, el seminternado Orestes Gutiérrez Escalona acoge en esta ocasión a los 763 educandos, que son atendidos por los 153 trabajadores de la institución, de ellos 123 docentes y 30 no docentes.
Todos colaboran para la marcha exitosa del actual período lectivo y garantizar el cumplimiento de las prioridades para este año.
El máster en ciencias pedagógicas Manuel Leyva Verdecia, director de esta escuela, explica que dentro de estas prioridades se encuentran «el aseguramiento de la Bases Materiales de Estudio y de Vida; tenemos completa la cobertura docente, y contamos con el hipoclorito de sodio y el cloro necesarios para la desinfección de manos y superficies.
Otros elementos que se tienen en cuenta en este nuevo curso son la organización escolar, el seguimiento a la etapa de aprestamiento, el cumplimiento de las medidas higiénico sanitarias tanto en la entrada como en cada una de las aulas, la preparación metodológica, y la calidad con la que se debe preparar los profesores por la diversidad de maestros que están al frente de los momentos de desarrollo.
En este año tenemos además la incorporación de los nuevos técnicos medios en pedagogía, y los egresados de la escuela Celia Sánchez Manduley del municipio, y de la Universidad de Granma, lo que evidencia la diversidad de la fuerza laboral con que cuenta el seminternado», destacó el directivo.
Por ser este un período atípico es muy importante la atención a la etapa de aprestamiento, que explica la máster en ciencias pedagógicas Cecilia Guerrero Aguilar, metodóloga integral de la educación de la primera infancia en Manzanillo.
La especialista dice que esta «se realiza a partir de la entrega pedagógica de los niños que egresan del grado preescolar para su continuidad en el primer grado teniendo en cuenta las cuatro líneas básicas, el área del desarrollo del lenguaje, que consta de la expresión oral y el análisis fónico, las habilidades matemáticas, el control muscular y la educación sensorial.
A estas líneas básicas se les da un seguimiento de cuatro semanas, se evalúan los alumnos y al concluir el mes de noviembre se efectúa una evaluación final».
La Organización de Pioneros José Martí (OPJM) en este centro tiene nuevos retos este año. La joven Dayanis Leyva Rodríguez, guía base de la escuela, dice que «hoy tenemos como desafíos lograr el correcto cumplimiento de las medidas sanitarias que trazó el país como parte del enfrentamiento a la pandemia.
A pesar de todo no hemos dejado de cumplir las tareas pioneriles porque siempre han estado presente en el proceso docente educativo, desarrollamos los principales procesos como fue el cambio de atributo, igual graduamos a los niños del preescolar, igual realizamos el acto de fin de curso y de despedida a los pioneros del sexto grado, siempre cumpliendo con todas las normas establecidas por el Ministerio de Salud Pública para el enfrentamiento al coronavirus.
La OPJM es parte esencial del recibimiento que realizamos a todos los pioneros por las mañanas, actuamos en la aplicación del lavado correcto de las manos y en los pasos podálicos, así como en las pesquisas diarias. Esto demuestra que los pioneros están cumpliendo con todas las medidas higiénico sanitarias establecidas.
En este nuevo curso se mantienen las actividades pioneriles con restricciones pero las realizaremos, ya estamos prepando el momento de la imposición de la pañoleta a los niños del primer grado, así como las asambleas que protagonizan los niños de los destacamentos de cuarto, quinto y sexto grados, donde pueden hacer valer su palabra y exigirán el funcionamiento de la organización».
Algo a lo que se brinda especial atención es el cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar posibles contagios y propagación de la pandemia. Así los pequeños Samara Urruchaga Cinco-Álvarez, Mélani Álvarez Tamayo, Maikel Carrero Brizuela y Tatiana Rodríguez Isert comparten algunas de estas acciones que les han enseñado para evitar el nuevo coronavirus.
Por ejemplo Samara dice que «con estas acciones me siento protegida porque nos tenemos que lavar las manos constantemente y varias veces al día, y cuando llegamos a la escuela nos desinfectan con hipoclorito».
Mélani agrega que «nuestros profesores nos exigen que permanezcamos a más de un metro de distancia entre nosotros y que evitemos las aglomeraciones, así como el uso permanente dentro de la escuela de la mascarilla».
Maykel plantea que «aquí nos enseñan también que es importante el lavado del tapabocas, además de su uso correcto. Creo que estas medidas son necesarias, aplicarlas bien, porque así evitamos enfermarnos con la COVID-19».
Por último Tatiana dice que «en cuanto llegamos todos los maestros nos revisan para ver si tenemos fiebre o cualquier síntoma catarral, si traemos todos los nasobucos en las mochilas para los cambios que debemos realizar diario cada tres horas, ellos siempre están al tanto de todo esto, y para cumplir el distanciamiento nos sientan separados incluyendo en el comedor del centro donde nos ubican dos niños por mesa».
Así marcha el nuevo curso escolar 2020-2021 en este centro donde se vela por la calidad del proceso docente educativo, y sobre todo por la salud de los pequeños. Igual a este sitio sucede en las escuelas del municipio de todas las enseñanzas para garantizar el futuro y que no exista ninguna dificultad higiénica para poder vencer al Sars-Cov-2.