Este hallazgo puede explicar por qué casi la mitad de todas las personas que contraen la COVID-19 experimentan pocos o ningún síntoma, a pesar de que pueden propagar la enfermedad
- Un equipo de científicos de la Universidad de Arizona (EE. UU.) ha realizado un estudio que demostró que el SARS-COV-2 es capaz de aliviar el dolor en el organismo contagiado, mientras se propaga dañando sus sistemas y órganos.
- Este hallazgo puede explicar por qué casi la mitad de todas las personas que contraen la COVID-19 experimentan pocos o ningún síntoma, a pesar de que pueden propagar la enfermedad, indicó uno de los investigadores, Rajesh Khanna.
- Muchas vías biológicas le indican al cuerpo que sienta dolor, una de ellas es a través de una proteína, el factor de crecimiento endotelial vascular-A (VEGF-A), que desempeña un papel esencial en el crecimiento de los vasos sanguíneos, pero también se ha relacionado con enfermedades como el cáncer, la artritis reumatoide y, más recientemente, con la COVID-19.
- Cuando el VEGF-A se une al receptor de neuropilina –que sirve al SARS-COV-2 para ingresar a las células– inicia una cascada de eventos que resultan en la hiperexcitabilidad de las neuronas, lo que produce dolor. Los científicos de la Universidad de Arizona descubrieron que la proteína espiga del
- Actualmente, el doctor Khanna se está asociando con inmunólogos y virólogos para continuar la investigación sobre el papel de la neuropilina en la propagación de la COVID-19. Además, en su laboratorio examinará cómo se puede usar la neuropilina para el alivio del dolor sin opioides.
SARS-COV-2 se une a la neuropilina exactamente en la misma ubicación que el vegf-a y bloquea el proceso.