La situación del sector de la salud al cierre de 2018 y los retos, avances y prioridades para 2019, la producción de medicamentos y el contexto económico e internacional en que se desarrolla la industria biofarmacéutica, y la interrelación entre el sistema asistencial y el de investigación y producción de fármacos y equipos médicos ocuparon este lunes el espacio de la Mesa Redonda.
Con la presencia en el estudio del Dr. Roberto Morales Ojeda, vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, la Mesa Redonda de este lunes transcurrió con las intervenciones del ministro de Salud Pública, Dr. José Ángel Portal Miranda; la viceministra de ese sector, Dra. Marcia Cobas Ruiz; el presidente del grupo BioCubaFarma, Dr. Eduardo Martínez Díaz, y su vicepresidenta primera, Dra. Teresita Rodríguez Cabrera.
“Este año ha sido superior en los indicadores de salud y de cobertura de la población. De manera general hay un balance positivo al cerrar el año, pero hay muchas insatisfacciones, estamos lejos de lo que deseamos”, dijo el ministro de Salud.
Actualmente, precisó Portal Miranda, el 51 por ciento del presupuesto del Estado cubano va a salud y educación; de ello, más del 27% se dedica específicamente al sector de la salud y a la asistencia social.
En todo el país hay 13 mil instituciones asistenciales que dan servicios a la población (150 hospitales, 449 policlínicas, 10 869 consultorios del médico de la familia), y más de 94 mil médicos, “lo más preciado, de lo que muchos países adolecen”, para un índice de 8.2 médicos por cada mil habitantes.
Además -continuó-, Cuba cuenta con 19 mil estomatólogos y 85 mil enfermeros. “Es un potencial altamente preparado para garantizar cobertura y calidad con satisfacción del pueblo. El 57.4 por ciento de nuestros trabajadores son profesionales, y más del 92 por ciento de ellos han sido formados por el propio sector de la salud”.
Todo esto, subrayó el ministro cubano, en un mundo donde “cifras oficiales indican que más de mil millones de personas transitan por la vida sin haber visto a un profesional de la salud”.
“Ese no es el caso de Cuba, que tiene todos este potencial. Hemos estado prácticamente en todos los continentes, hemos formado y formamos profesionales para otros países, y recientemente -algo de lo que estuvo pendiente el pueblo- trascendió la decisión del Ministerio de Salud Pública de no seguir participando en el programa Más Médicos en Brasil. Fue una decisión dolorosa, pero necesaria, relacionada con la dignidad profesional de nuestros médicos y también con su seguridad”.
Una operación difícil y en complejas circunstancias
Los cubanos que participaban en Más Médicos estaban en 2 860 municipios de la vasta geografía brasileña. El retiro de Brasil fue una operación muy compleja: se creó en Cuba un grupo integrado por los ministerios de Transporte, de Relaciones Exteriores, de Comercio Exterior y de Salud Pública, además de la Aduana General de la República.
“Un grupo de organismos que bajo la dirección del Partido y del Gobierno, y encabezado por el vicepresidente Roberto Morales Ojeda, condujo la operación en varias direcciones. En primer lugar, facilitar el regreso y la protección de nuestros colaboradores; asegurar la protección de sus propiedades, y lograr que fueran comunicadas al pueblo cubano y al mundo nuestras verdades”, dijo en la Mesa Redonda la viceministra de Salud Marcia Cobas Ruiz.
“Fue muy difícil organizar la retirada en Brasil, no contábamos ya con la colaboración del gobierno. Teníamos que hacerlo sobre la base de nuestro convenio con la Organización Panamericana de la Salud, y con la propia voluntad de nuestros médicos. Es merecidísimo el reconocimiento que se le hecho a nuestros médicos que estaban en Brasil: el 63 por ciento de la brigada eran jóvenes, el 66 por ciento eran mujeres, y muchos tuvieron que salir de lugares de difícil acceso, en condiciones extremadamente complejas”.
Al respecto, Cobas Ruiz recordó que en el caso de los que estaban en la Amazonía había una lancha una vez al mes. “No coincidían las fechas con los momentos en que se había planteado la salida de sus municipios, y durante varios días estuvieron esperando por una solución, no querían que el avión de Cubana llegara y ellos no estuvieran. Han sido días inolvidables, por su entereza; por la indignación que provocó en ellos la ofensa del presidente electo de Brasil, que cuestionó su capacidad, su preparación, y por el afecto de la población, de alcaldes y secretarías de Salud, por el deseo de que no se fueran”.
La viceministra de Salud señaló que a muchos de los médicos cubanos les hicieron propuestas con condiciones de vida y de trabajo… “Pero decidieron con dignidad que el regreso a su patria y a su familia era lo que tenían que hacer en este momento”.
Cuando ocurre el cese de la participación cubana en Más Médicos trabajaban en Brasil 8 471 médicos de nuestro país. Pero ya habían pasado por allí casi 20 mil… “Algunos habían hecho familias en Brasil, y aun así se mantuvieron con dignidad y con compromiso trabajando como miembros de la brigada, cumpliendo su deber, como lo han hecho colaboradores en otros países que han construido familias allí y se han mantenido trabajando con las brigadas médicas y conservando los vínculos con su patria”.
De los 8 471 colaboradores que se encontraban en Brasil cuando a mediados de noviembre Cuba decidió su salida de Más Médicos, 7 635 concluyeron la misión, más del 90 por ciento, y hasta el momento no han regresado 836.
Un papel clave en el regreso de los médicos a Cuba fue el de Cubana de Aviación a partir del 20 de noviembre, cuando llegó a la nación sudamericana el avión que realizó el primer vuelo, un IL-96 de Cubana.
“En veinte días, con dos y tres vuelos diarios, debimos coordinar y gestionar la salida de todos esos médicos. Eso revela el esfuerzo que debió hacer el país y el esfuerzo de Cubana de Aviación. No es diferente de lo que ha hecho Cubana durante casi sesenta años de cooperación médica internacional cubana, siempre transportando a nuestros colaboradores”, afirmó Cobas Ruiz.
El final de 2018 estuvo marcado por la salida de los médicos cubanos de Brasil, pero también por los 55 años de colaboración médica internacional cubana. Desde aquellos días de inicios de los 60 en que llegaron los primeros colaboradores cubanos a Argelia, se han cumplido más de 600 mil misiones en 124 países, y más de 400 mil trabajadores de la salud han estado presentes en esas misiones, algunos en más de una ocasión.
Al ofrecer estos datos, la viceministra de Salud destacó que “hoy estamos en 66 países con más de 34 mil trabajadores. Estamos en 30 países de África. Es muy importante la colaboración allí porque vamos a los lugares más pobres, más necesitados, en condiciones muy difíciles a veces. Estamos en 13 países de América, 11 del Caribe, ocho de Asia, tres de Oceanía y uno de Europa”.
“Hay muestras de heroísmo, hazañas; trabajando lejos de las familias, con la convicción y la dignidad de los médicos que regresaron de Brasil”, añadió.
Precisó que la brigada médica en Brasil era una de las mayores, pero que la mayor brigada médica cubana sigue siendo la de Venezuela, con más de 22 mil cooperantes. Hay más de 1 700 trabajadores de la salud en Angola, 900 en Argelia; hay en Catar un hospital totalmente conducido por cubanos, que ha sido acreditado dos veces por la Joint Commission International, y recientemente ha obtenido dos premios internacionales por su calidad: a un cardiólogo joven de Villa Clara y a un enfermero.
Nuevas tecnologías y balance de 2018
Datos ofrecidos en la Mesa Redonda por el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, reflejan que:
–En los últimos cinco años, se han introducido en el sistema cubano de salud 25 613 equipos médicos, con un costo de más de 230 millones de dólares.
-Durante 2018 se introdujeron más de dos mil equipos, que favorecieron a todas las especialidades y la mayor parte de las instituciones.
-Recursos humanos: se mantiene la formación en 13 universidades médicas y otras instituciones, con más de 101 mil estudiantes actualmente: de ellos 87 mil estudian carreras universitarias y 29 mil están haciendo residencias. “Estamos formando los especialistas que necesitamos, con prioridad en aquellos servicios que más lo demandan. Y no solo formamos médicos y tecnólogos y enfermeros para el país, sino también para otros países”.
-Una prioridad ha sido, más allá de los números, la calidad de la formación. “Hemos estado trabajando en esta última etapa en la acreditación de nuestras carreras y universidades, especialidades, maestrías, para lograr que esa formación esté respaldada por la calidad necesaria”.
–En 2018 se incrementaron considerablemente las consultas médicas: crecimos de 94 millones a 99 millones en el país. “Lo más significativo es que, de esa cantidad de consultas, 86.2 millones fueron dadas en la atención primaria. Cuatro millones más que un año atrás. Es a lo que aspiramos: que cada vez se vea más a la población en este nivel de atención.
“Todavía no alcanzamos lo que queremos; todavía llegamos a cuerpos de guardia de hospitales y están llenos, aunque no se comporta igual en todos los lugares. Pero ya empieza a tener una repercusión la disminución de consultas en cuerpos de guardia de hospitales y policlínicas”.
-Otro indicador favorable en 2018 ha sido la baja mortalidad infantil. “En 2017 tuvimos el más bajo índice de mortalidad de la historia, de cuatro por cada mil nacidos vivos. Este año debemos terminar de manera similar. Hoy estamos en 3.9 por mil”.
-“Hemos estado trabajando en la atención a la pareja infértil dentro del Programa Materno-Infantil. Sabemos que es un programa de mucha sensibilidad para la pareja y la familia. Hoy tenemos en el país 102 mil parejas dispensarizadas. Pero lo más importante es que hemos ido creciendo en el número de embarazos, que este año llegan a 3 620, un total de 2 222 más que en 2017.
“Esto tiene que ver con la consolidación de las consultas a nivel municipal, los servicios en los hospitales y los cuatro centros de alta tecnología existentes en el país. Ahí logramos resolver más del 60 por ciento de los problemas de infertilidad que tenemos. Es un programa costoso, tanto en tecnología como en medicamentos. El año que viene tenemos previsto crecer en dos nuevos centros de alta tecnología, para llegar a seis”.
–En hospitales llevamos más de seis años haciendo más de un millón anual de cirugías, y ello implica un buen trabajo en toda la dinámica del hospital. Más del 16 por ciento de la cirugía mayor electiva se hizo por mínimo acceso. “No es solo exclusivo del Centro Nacional de Mínimo Acceso; esas mismas tecnologías las hemos estado llevando al resto de centros del país”.
-En estomatología hemos ido logrando mayor estabilidad. Cada vez es menor el tiempo de espera para prótesis, y disminuimos en alrededor del 17 por ciento las exodoncias. “Son menos extracciones que se están haciendo, y los servicios se están acercando a las demandas de la población”. Aquí se han ido introduciendo y renovando tecnologías.
-En el programa contra el cáncer (segunda causa de muerte en Cuba) se ha estado introduciendo tecnología nueva, de radioterapia, braquiterapia. “Se han seguido incorporando tecnologías muy novedosas, de las que existen hoy en los países más avanzados”.
-Otro programa favorecido ha sido el de donaciones de sangre. “Por seis años hemos mantenido el cumplimiento mensual de donaciones, en colaboración con los CDR. El volumen de donaciones respalda el aumento de las cirugías y la producción de hemoderivados”.
-También se ha trabajado en la creación de siete nuevas casas de abuelos y cinco hogares de ancianos en 2018. Además, se preparan nuevos especialistas en geriatría y los servicios de geriatría en los hospitales.
-En cuanto al programa de medicamentos, el cuadro básico de medicamentos es de 761 “y hemos crecido en la disponibilidad de productos naturales, de los cuales hemos llegado a 153. Este ha sido el año que más productos naturales se elaboraron en el país, un total de 80 millones.
-Hoy contamos en el sistema de salud con 37 unidades de ciencia e innovación tecnológica. Más de 4 323 investigadores y 1 075 doctores en ciencias. “Tenemos 1 500 proyectos de investigación que responden a las principales prioridades del sistema de salud. El 2018 ha sido el año en que mayor crecimiento hemos tenido en categorías científicas, defensas doctorales y maestrías”.
-Hoy se trabaja en 153 ensayos clínicos, muchos vinculados con la industria biotecnológica y farmacéutica.
“Ya estamos hablando de otros temas que vamos a desarrollar en el futuro, estamos introduciendo medicina de precisión; de la bio-nanotecnología y la robótica. Hay un grupo de trabajo del que somos parte porque el desarrollo de la medicina también está vinculado con el desarrollo de la robótica”.
-“La situación epidemiológica estable nos ha permitido dedicarnos más al desarrollo, aún con las complejidades de la situación internacional y el auge del turismo. Eso pasa por los niveles de vacunación: tenemos 11 vacunas contra 13 enfermedades, ocho de ellas de producción nacional”.
Cuba hoy no reporta presencia de zika ni chikungunya. “Algunos brotes de dengue que hemos tenido que enfrentar están bajo control”.
–Mejoramiento de infraestructura: el programa comenzó en 2012, y ha permitido favorecer más de 45 mil objetos de obra en 4 570 instituciones de salud. “En 2018 hemos estado trabajando en 60 objetos de obras por inversiones, y 8 500 instituciones han sido favorecidas por mantenimiento constructivo”. El programa ha implicado una inversión de más de 400 millones de pesos.
Industria farmacéutica
La industria biofarmacéutica cubana, con más de 35 años de experiencia, ha trabajado en interrelación con los programas del sistema de salud pública. Hoy, el grupo BioCubaFarma le suministra al sistema de salud 1 012 productos: 482 medicamentos (62% del cuadro básico de medicamentos), además de sistemas diagnósticos y equipos y dispositivos médicos.
“Cuando se calcula el valor de cada uno de estos productos a partir de los precios de referencia internacional, el valor de ese volumen suministrado al sistema nacional de salud está en el orden de los mil millones de dólares”, precisó en la Mesa Redonda el presidente de BioCubaFarma, Dr. Eduardo Martínez Díaz.
Es una producción compleja, y con requisitos muy altos. Para garantizar esos más de mil productos hay que adquirir más de 12 mil insumos. Martínez Díaz explicó que “en los últimos años ha habido algunas dificultades en el suministro de algunos medicamentos por causas subjetivas y objetivas, relacionadas con la disponibilidad de materias primas y los materiales que se necesitan para producir”.
Los medicamentos producidos se llevan a más de cuatro mil sitios de distribución en todo el país.
“En 2018 hemos tenido un menor nivel de falta de medicamentos, lo cual no significa que sea un problema resuelto y que haya satisfacción en los consumidores. Podemos asegurar que nuestros trabajadores se han esforzado por minimizar la falta de un grupo de medicamentos”, dijo.
La vicepresidenta primera de ese grupo, Dra. Teresita Rodríguez Cabrera, explicó que la lista de medicamentos de Cuba se dividió en medicamentos con las prioridades 1, 2 y 3. En la prioridad 1 está el 51 por ciento de los medicamentos de producción nacional, y están relacionados con los principales programas de salud: materno infantil, atención al paciente grave, atención al paciente oncológico, programa de VIH-sida, programa de enfermedades crónicas…
Rodríguez Cabrera señaló que la situación financiera del actual año también ha afectado la producción de medicamentos, y se ha agravado “no solo por factores financieros propios de Cuba sino también internacionales. Cierres de fábricas de proveedores por problemas ambientales y económicos; problemas en trasbordos de barcos; problemas en transferencias bancarias debido a la política del bloqueo. Hay bancos que no quieren trabajar con Cuba, y algunas fábricas este año han sido adquiridas por compañías de EE.UU., y así hemos perdido proveedores habituales”.
Tras esas pérdidas, son largos los procesos para evaluar nuevos proveedores, evaluar muestras y redireccionar compras hacia otros mercados, lo cual implica retrasos en los ciclos productivos.
Al respecto, apuntó que se han buscado otros mecanismos para acceder a materias primas. “Estamos trabajando con una cartera que este año hemos aumentado a más de 200 proveedores de materias primas, para evitar situaciones negativas cuando se pierdan algunos”.
“Cuando llegan al país las materias primas deben pasar por un proceso de control de calidad, de diez a 15 días; luego entran al ciclo operativo de producción y finalmente tienen otro análisis de control de la calidad. Es decir, el ciclo promedio de producción, una vez arriben las materias primas y los materiales de envase al país, está entre 30 y 50 días”.
No sucede igual cuando se compran productos terminados, que están disponibles una vez llegan al país.
Hay medicamentos que no tienen principio activo, y pueden incluir hasta nueve materias primas. “Cuando falta una sola, ese medicamento no se puede fabricar”, dijo.
Al referirse al ciclo y lugares de distribución, señaló que se han tomado medidas para que se rompan cadenas de corrupción y los medicamentos lleguen a donde deben llegar. Los medicamentos, al salir de la fábrica, entran en un ciclo de distribución bajo control informático. “Sabemos cuándo el medicamento sale de la fábrica, y tenemos información de hacia qué droguería va, y desde ahí hacia qué hospital, qué cantidad, cuántos días se está distribuyendo. Es un ciclo que se sigue las 24 horas del día”.
La empresa distribuidora tiene mecanismos para asegurar, en caso de urgencia médica y falta de medicamentos, una respuesta en 24 horas. “Cuando falta un medicamento se hace una nivelación entre droguería y droguería, puede ser entre provincias; con apoyo de diferentes vías de transporte se lleva a donde se necesita y en el momento en que se necesita”.
La vicepresidenta de BioCubaFarma dijo que se está cumpliendo en 90 por ciento los planes de producción, pero la demanda sigue superando a lo que se produce, y sigue aumentando.
Ejemplificó con medicamentos como el enalapril (de 150 millones de tabletas en 2010 pasó a 400 millones previstas en 2019, pero hay insatisfacción) o la metformina (de 70 millones en 2010 a 200 millones). “Todo se relaciona también con el envejecimiento poblacional y la mayor demanda de estos fármacos”.
Aclaró que cuando la industria no tiene la capacidad productiva, el país importa el medicamento. Por ejemplo, “la dipirona que estamos consumiendo en Cuba hoy es importada. La industria solo fabrica una pequeña cantidad de dipirona. En 2010 se fabricaban 400 millones de tabletas. Hoy son mil millones que importa el país para garantizar el consumo”.
Para 2019 “estamos importando los productos terminados para los que no tenemos total capacidad productiva, y tenemos garantía de otros como las hemodiálisis. Este año se terminó la inversión y se puso en marcha una nueva planta de producción de hemodiálisis. De 2013 a 2018 se ha triplicado la producción de hemodiálisis. Este año se han introducido medicamentos relacionados con el programa cardiovascular”.
Más adelante, el presidente de BioCubaFarma recordó que, a diferencia de las industrias farmacéuticas en otros países, donde las relaciones con los sistemas de salud son fundamentalmente mercantiles, en Cuba el objetivo es lograr un impacto en la salud pública.
Entre los ejemplos de ello mencionó el sistema de diagnóstico SUMA; ocho de las trece vacunas que se utilizan en el programa de inmunización y una contra el neumococo que podría estar disponible en 2019 o 2020; la vacuna para el cáncer de pulmón de célula no pequeña, Cimavax-EGF, y el Heberprot-p.
“En 11 años del programa de atención integral al paciente han sido beneficiados con este producto más de 84 mil cubanos. Hoy caminan por nuestras calles más de 17 mil personas que hubieran debido sufrir amputaciones si no fuera por este producto, que también se utiliza en otras naciones. Asegura el 70 por ciento de sobrevivida de los pacientes”.
Hacia el futuro
El ministro de Salud afirmó que mirando hacia 2019 entre los retos están el envejecimiento poblacional, el aumento relacionado de las enfermedades crónicas no transmisibles, y el fortalecimiento del programa de medicina familiar, que el 4 de enero cumple 35 años.
“Hay un plan para perfeccionar ese programa, llevarlo a niveles superiores, porque no es sostenible el nivel de salud con las instituciones hospitalarias; tendremos que centrar los hospitales en las actividades más complejas y seguir fortaleciendo la atención primaria, con médicos y enfermeros estables. Hay decisiones vinculadas con el mejoramiento de la infraestructura. Estamos añadiendo un año más a la residencia de medicina general”, dijo.
Otros retos de cara al futuro son “la resistencia a los antimicrobianos por el sobreuso y la necesidad de medicamentos más costosos; el cambio climático, con algunas incidencias sobre la salud de la población; las investigaciones que no podemos detener, y el hecho de que se mantiene el impacto del bloqueo, que el año pasado representó más de 98 millones de dólares para la salud.
“A veces implica no tener disponibilidad de determinados recursos, tecnologías, materias primas, o tener que ir a buscarlos más lejos y a mayor costo”, continuó.
“Para el próximo año seguiremos consolidando las transformaciones en el sistema de salud, trabajando para seguir adaptándolo a las necesidades y demandas de los servicios a la población.
“Tenemos que seguir dando el máximo de atención a la calidad, a la capacitación de los recursos humanos, y seguir enfrentando el condicionamiento de los servicios: contra eso vamos a seguir siendo implacables, contra aquellos que proceden a la venta de servicios. Son temas que tenemos que seguir acorralando, para que esa calidad de los profesionales, eso que ha potenciado el país vinculado con el respaldo de recursos, se revierta en satisfacción de nuestro pueblo”.