Hace algo más de un año Pedro Argérico Rodríguez Proenza en su natal Bayamo no pensó que algún día podría llegar a lo que denominó su paraíso; y es que él junto a otros que completan los 124 abuelitos que viven en el Hogar de ancianos Padre Acevedo de esta ciudad, reciben una atención especializada y un extremo cuidado ante el contagio de la Covid-19.
A sus 61 años ha encontrado personas que velan por su bienestar; “a mí me recogieron de un kiosco que era donde yo vivía, estuve ahí un buen tiempo, me trajeron para aquí donde me atienden con mucho amor, me pongo a pensar y con los pocos recursos que hay, el que se queje aquí es o porque quiere, el trato de las seños, la fisioterapeuta, de todos, siempre lo hacen con una dulzura que parece que estás en casa”.
Y es que es precisamente son los enfermeros los encargados de permanecer la mayor parte del tiempo junto al paciente, “cumple el rol muy importante en la institución- comenta la Licenciada Dayamí Torres Rodríguez, jefa del departamento de enfermería-, ante esta pandemia, logramos mantener en cero el índice de contagios aquí.
“Velamos y cumplimos los requerimientos, el lavado de las manos de los abuelitos cada una hora, el cambio por los horarios establecidos del nasobuco, la higiene en las cinco salas del recinto, así como charlas educativas de temas de interés y de importancia sobre salud y sobre todo del coronavirus; además de las pesquisas diarias tanto para trabajadores como para los ingresados.
“Este gran equipo tiene una buena disposición ante todas las tareas asignadas, ahora con turnos de 24 horas continuas”.
Debido a la real amenaza del coronavirus en nuestra ciudad y con el objetivo de mantener a buen resguardo a estos ancianos, la dirección del centro decidió establecer una cuarentena preventiva.
La doctora Hildegardy González Jiménez, directora de la unidad, explica que “desde el mes de marzo implementamos esta medida, para evitar el contagio de estos pacientes con la Covid-19, y hasta el momento no hemos tenido ningún positivo dentro de la instalación, por lo que extremamos las medidas higiénico-sanitarias dictaminadas.
“En cuanto la organización del trabajo, lo hacemos en dos turnos de trabajo con tres médicos, en cada rotación de cuarentena laboran además 45 personas entre auxiliares de limpieza, de servicio, asistentes, enfermeras con los respectivos responsables por equipos”.
Toda esta gran familia hace lo posible para que los abuelitos como Pedro se sientan como en casa, “yo no tenía hogar, lo perdí todo por la maldita droga y el maldito alcohol, era deportista y todo se desvaneció en cuestión de nada- comenta el abuelito emocionado- pero ahora lo tengo todo.
“Espero poder volver a caminar, porque gracias a las fisioterapeutas ya me paro y doy pequeños pasos y todo eso con qué lo pago, sólo puedo estar eternamente agradecido con todos”.
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