El Presidente Díaz-Canel asistió en la noche de este miércoles a la velada que conmemoró, desde la histórica escalinata de la Universidad de La Habana, los cuatro años del fallecimiento del líder histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz.
Pocos sitios en La Habana guardan tanta historia como la Escalinata de la Universidad. A los pies de su Alma Mater, en cada escalón, está la historia de Cuba, hecha y contada por sus jóvenes. Hasta allí, precisamente a cuatro años del fallecimiento del Comandante en Jefe de la Revolución Cubana que justo ahí se hizo revolucionario, las nuevas generaciones volvieron al tributo de cada 25 de noviembre.
A la cabeza de ese homenaje estuvo el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, acompañado por varios dirigentes de la nación y cerca de 500 personas que, en ese espacio tantas veces multitudinario, tuvieron que guardar la distancia física impuesta por la epidemia de la COVID-19 y contener la efusividad de otros momentos también memorables en aquella Escalinata.
En esta ocasión fueron la música, la danza, el repentismo y la poesía, los caminos del arte para rendir tributo al hombre que, “cuando desafiar la injusticia y el oprobio eran las palabras de orden de una generación, vino a esta escalinata… y prendió la antorcha que iluminó el camino de un futuro distinto y digno”.
Así lo definió José Ángel Fernández Castañeda, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, al intervenir en la velada político-cultural que honró el legado de Fidel Castro Ruz no solo en la historia de Cuba, que es incuestionable, imborrable, sino en buena parte de los tantos países a los que llegó la mano solidaria de la Isla rebelde.
“Hoy podemos decir, cuatro años después de aquellas memorables jornadas, que hemos sido Fidel y lo seguiremos siendo”, afirmó el dirigente estudiantil. “Allí donde se combate por la vida y nuestros médicos llevan salud y esperanza, está Fidel; allí donde se deja el sudor en el surco para producir los alimentos que el pueblo necesita, está Fidel; allí donde los estudiantes y jóvenes se convierten en protagonistas de su tiempo, está Fidel; allí donde no se duerme en la trinchera con el fusil alerta, está Fidel; en los laboratorios donde ciencia es vida, está Fidel”.
Luego de ocho meses de una lucha sin cuartel contra la epidemia, en la que la obra forjada por el Comandante en Jefe permitió que Cuba lidiara con éxito esa situación sanitaria extrema, el tributo a su memoria estuvo marcado por el profundo agradecimiento a su visión humanista, esa que puso al ser humano en el centro de todo. Los números de Cuba frente a la COVID-19 son el fruto más reciente de todas las victorias que sumó Fidel, incluso en los tiempos más difíciles para la siempre bloqueada economía cubana.
Quizás por eso y cuando casi se marchaba, el Presidente Díaz-Canel se volteó hacia los muchachos reunidos en la Escalinata, se bajó por unos segundos el nasobuco y gritó: ¡Viva Fidel! En esa voz estaba también Cuba entera.