Fuerza de mujer en Revolución (+Video)

El enfrentamiento a la Covid-19 muestra la perseverancia por consolidar la salud como conquista social // Foto Denia Fleitas Rosales

Tiene la Revolución en las cubanas el paso arrollador de sus mejores hijos, la fuerza de una grandeza que nos viene del alma forjada en el calor de una contienda en la que conquistamos aún el derecho que nos pertenece.

Nace desde las entrañas el aroma natural de flor silvestre que invade campos y ciudades, con hijos y fusil a cuestas, desprovista de egoísmos más que el de protagonizar la historia, la libertad, la Patria.

Porque decir mujer, y cubana, es redundar en esa «apacible y natural ternura jamás mezclada en grado tal a la aptitud para las virtudes más heroicas», como escribió el Apóstol de la Independencia de Cuba, y que en temprana lucidez se ciñó al Fidel Comandante para impulsar la igualdad de derechos, oportunidades y posibilidades, refrendadas hoy en nuestra Constitución.

Justo por ello, sentimos y expresamos las féminas que «es la Revolución el primer programa de igualdad» que gozamos quienes, desde aquella heroica arenga de Ana Betancourt en Guáimaro, sabemos el lugar que nos pertenece en primera fila.

Desbrozar el camino ha sido arduo, pero el binomio Mujer-Revolución aquilató la justa desde 1959, de la mano de Vilma Espín y Fidel Castro, quien reconoció en su discurso de la jornada triunfal en Santiago de Cuba que sumados a la pelea hombres y mujeres hacen al pueblo invencible.

«Fuerza entusiasta, numerosa y decisiva» somos integradas a la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), organización desde la que trabajamos en conjunto por la emancipación y equidad, por la igualdad de condiciones.

Es notable que se han dado pasos agigantados que muestran los logros en materias de derechos en las últimas seis décadas: la incorporación laboral por igual remuneración donde representamos el 49 por ciento de la fuerza estatal, las leyes de seguridad social y licencia de maternidad, los círculos infantiles para facilitar el cuidado de sus hijos a la madre trabajadora, la ocupación de más del 53 por ciento en la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Somos mujeres más del 60 por ciento de los graduados de Educación Superior y constituimos el 53 por ciento de los que trabajan en el sector científico, el 48 por ciento de los científicos e investigadores, y hoy mayoreamos en la primera línea de enfrentamiento a la pandemia al ser más del 70 por ciento de los empleados en el sector de la salud.

Sin embargo, tenemos pendientes, podemos y debemos «hacer desaparecer hasta el último vestigio de discriminación», tal como afirmó el Comandante en Jefe en el acto de fusión de todas las organizaciones femeninas revolucionarias y nacimiento de la DMC, el 23 de agosto de 1960.

Con este fin se enfoca actualmente el recién aprobado Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, con la voluntad política del Estado y gubernamental, para eliminar estereotipos, prejuicios y discriminaciones que persisten en la sociedad cubana heredadas de la tradición patriarcal, y legitimar la igualdad que se ha defendido desde el triunfo revolucionario.

Las aspiraciones e ideales de quienes somos el taller natural de la vida siguen estando en la prioridad de esta Cuba, a la que aportamos con la ternura y el ímpetu que nos caracteriza desde cada frente o trinchera, transformando en hazaña el esfuerzo diario.

Como aseguró el Líder indiscutible de la Revolución cubana en el II Congreso del Partido Comunista de Cuba, en diciembre de 1980: «Si aún no lo hemos logrado cabalmente, avanzamos por ese camino y con su propia lucha y la de todos los revolucionarios alcanzaremos esta histórica, justa e irrenunciable meta de nuestra Revolución.

«La Patria entera recibirá sus frutos. Es imprescindible para el futuro humano que la sociedad pueda disfrutar los beneficios que pueden ofrecerle la abnegación, espíritu de sacrificio, insuperable sentido de responsabilidad y toda la capacidad política, administrativa y humana de que la naturaleza dotó a la mujer.»