Cuando llegamos a las parcelas de tierra sembradas en el llamado barrio Moscú, de la comunidad Las Novillas, no imaginamos que nos encontraríamos con ella. Fuimos en busca de dos campesinos que están en encadenamiento productivo con la Empresa mixta Tropical Contramaestre S.A, y preparaban el segundo envío de tomate con vistas a la exportación. Sin embargo, la euforia y satisfacción con que nos mostraba una planta que traía en sus manos, hizo inevitable que fijáramos la atención en esta mujer, que ha dedicado veinte años de su vida a las labores agrícolas.
“Mira, el año pasado echaron unas florecitas, pero bueno, como dicen que en Cuba no se da esa semilla, yo no dejé las matas, pero ahora me dio por dejar unas que echaron semillas y tengo unas cuantas matas ya con la fundita, y mira ya está la semilla”.
Marilín Martínez, es la jefa del Huerto T22-5 donde seis campesinos se encargan de atender los sembrados de tomate, berenjena, quimbombó, boniato y col china.
Convencida de la necesidad de lograr la soberanía alimentaria, dedica buena parte de su tiempo a la atención de una de las granjas pertenecientes a la agricultura urbana y suburbana en Manzanillo.
“Esta parcela siempre está así por el esfuerzo de los trabajadores que son maravillosos, y muy cumplidores. Desde las seis de la mañana comenzamos a trabajar con la voluntad de sacar lo mejor de la tierra para ayudar con la alimentación de la población”.
“Tenemos un puesto de venta aquí mismo y un bicicletero que vende en varios lugares las hortalizas y viandas que cultivamos, y también dejamos siempre una parte para los centros priorizados como el Hogar Materno, el Hogar de Ancianos y la prisión”.
Aunque reconoce que “la agricultura es de sacrificios”, Marilín se siente satisfecha por los resultados que ha obtenido, y la familia que ha formado junto a su esposo Yovanys Stalin Guzmán Torres, uno de los campesinos con mejores resultados productivos en el territorio.
“Yo trabajo allá en el huerto, pero también tengo la casa. Atiendo las dos cosas y no se me ha hecho difícil, pero eso sí, con mucho esfuerzo, porque atiendo los trabajadores del campo y mi casa, mi esposo y mi niña de diez años”
Convencida de que “el avance de la agricultura depende del esfuerzo y sacrificio de todo el mundo, no sólo del trabajador, sino del apoyo de los demás”, es Marilín Martínez un ejemplo de las mujeres que están en la primera línea de combate para lograr desarrollar la economía del país.