Esta es solo la calamidad más reciente provocada por el bloqueo israelí a Gaza, hogar de 1,8 millones de palestinos, cercado tanto por mar como por tierra; y con una situación humanitaria que, según Naciones Unidas, ha convertido al territorio en la cárcel al aire libre más grande del mundo.
El hospital Rantisi es el único centro especializado en tratamiento del cáncer en la zona. El Ministerio de Salud de Palestina informó que más de 700 personas necesitan recibir tratamiento en el presente mes, y de ellos 200 son niños.
El ministro de Defensa de Israel, Avigdor Lieberman, anunció el pasado 17 de julio nuevas medidas para reforzar el bloqueo al enclave costero de solo 365 kilómetros cuadrados.
Solo una semana antes Lieberman había divulgado que el paso fronterizo de Kerem Shalom, por donde entran las mercancías hacia Gaza, permanecería cerrado excepto para los alimentos, medicinas y combustible.
Sin embargo, el 17 de julio ese último producto también fue añadido a la lista de los vedados temporalmente cuando el titular anunció el cese de las importaciones de gasolina y petróleo.
Pocos días después el Gobierno sionista declaró que los alimentos y medicamentos ingresarían a la Franja solo con la aprobación individual específica de las autoridades israelíes.
Esa medida es la que inhabilita hoy a la institución médica de Rantisi, que debió cerrar las puertas de su centro para el tratamiento del cáncer al no recibir la aprobación de Tel Aviv para importar los insumos necesarios.
Este domingo el Ministerio de Salud palestino detalló que más del 60 por ciento de los enfermos de cáncer tienen prohibido viajar a tratarse en los hospitales de Al-Quds (Jerusalén) y Cisjordania por razones de seguridad impuestas por Israel.
La cartera denunció que los pacientes mueren lentamente, pero lo único que pueden hacer es esperar: En otras partes del mundo el cáncer es tratable, pero en Gaza el diagnóstico es la muerte, declaró el ministerio en un comunicado.
El panorama se desarrolla en una espiral sin fin. Por un lado, Israel justifica sus actos como medidas de represalia contra las protestas de la Gran Marcha del Retorno, que desde el pasado 30 de marzo se desarrollan cada viernes en Gaza.
Por el otro, los organizadores de la Marcha alegan que exigen el derecho a regresar a las tierras palestinas ocupadas por Israel en la guerra de 1967, y que se alivie el bloqueo israelí de más de una década al enclave costero.
Mientras tanto, esos enfrentamientos ya dejan hasta la fecha saldo de más de 155 palestinos muertos y cerca de 17 mil 260 lesionados.
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