La jornada del 13 de agosto se llenó de espacios para honrar, agradecer y cantarle al líder histórico de Cuba, Fidel Castro, desde Ecuador, donde numerosas personas recordaron al luchador ‘nuestroamericano’.
Así lo hicieron saber representantes de diferentes sectores de este país andino, que encontraron en la Mayor de las Antillas un referente para alimentar la esperanza de un mundo mejor y en su máximo dirigente, a propósito de los 94 años de su natalicio, un motor para continuar en el combate contra la opresión, según aseguraron.
La vida, obra y legado del Comandante fueron recordados en un acto central organizado por la Coordinadora Ecuatoriana de Amistad y Solidaridad con Cuba y la embajada de la nación caribeña en Quito.
El encuentro virtual reunió a representantes de organizaciones sociales, graduados universitarios en Cuba, asambleístas y miembros del Partido Comunista del Ecuador.
‘Así como Oswaldo Guayasamín fue un reconocido pintor ecuatoriano, Fidel Castro es, para los médicos graduados en Cuba, otro pintor que permanece en el tiempo, y nosotros, también hijos de ese gran país, somos el mejor cuadro que pintó y estamos diseminados por el mundo’, aseguró Martí Quevedo, de la Asociación de Estudiantes y Graduados Eloy Alfaro.
El homenaje sirvió además de espacio para abrir un nuevo ciclo de conferencias de la Cátedra Fidel Castro, creada en este país andino para difundir, sobre todo a las nuevas generaciones, el ideario del líder cubano y latinoamericano.
‘Fidel y su lucha permanente contra el bloqueo económico, comercial y financiero que impone Estados Unidos contra Cuba’, fue el tema escogido para abrir el nuevo seminario, que durará varias semanas, en homenaje al revolucionario y la trascendencia de su pensamiento.
Hoy, conmemoramos 94 años de la vida del guerrillero del tiempo, de ese hombre grande, victorioso y absuelto por la historia, que nos legara importante lecciones de humanismo, aseveró el embajador cubano, Rafael Dausá, quien agradeció el tributo y se refirió además a la mistad compartida entre ambos pueblos.
La velada concluyó con una cantata, en la que participaron aristas ecuatorianos y de otros países latinoamericanos, para quienes el insigne luchador es continuador de los primeros libertadores de América y precursor de la solidaridad y el humanismo, como bases para un mundo mejor, por el cual luchó hasta su último aliento.