Hospital Hermanos Cordové: protección ante sospechas

La CTC en Manzanillo reconoció al colectivo del hospital pediátrico provincial Hermanos Cordové por su labor frente a la COVID-19 //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Junio Primero.- Cuando los ojos vivaces y llenos de sueños de los niños se nublan por la amenaza del coronavirus, manos de ángeles protectores del Hospital Pediátrico Hermanos Cordové recurren a su mejor recurso para mediar por su sonrisa.

Allí, donde no se ha detenido un solo instante la atención de los más pequeños de los siete municipios de la región del Guacanayabo, también se erige un pedestal a la virtud de aislar y seguir a los pacientes granmenses sospechosos de COVID-19 menores de tres años de edad y a los que presentan factores de riesgo como enfermedades crónicas.

Ante la presencia incrementada del SARS-CoV-2, la Mayor de las Antillas definió los protocolos para cuidar de su esperanza, y este fue el escogido en Granma porque nada es más importante que verles reír a carcajadas sin razones que oscurezcan su semblante.

De 10 capacidades iniciales, dado el incremento de la transmisión autóctona en la provincia de Granma, la unidad asistencial incrementó su disponibilidad a 35 camas para esta atención, de las 120 de su dotación total.

“Desde el siete de febrero, ya casi cuatro meses, trabajamos con un área roja de COVID-19, donde hemos atendido y tratado a 266 ingresados, mayoritariamente de Bayamo, de los cuales se han confirmado 76 pacientes representativos de cerca del 35 por ciento aquí hospitalizado”, expone la doctora Lucy de la Caridad Rosabal Sosa, directora del hospital manzanillero.

“Para tener en cuenta lo peligroso de la irresponsabilidad, específicamente por los diferentes grupos de edades los menores de un año y hasta cuatro, es decir, 99 lactantes y en edad preescolar 109, han sido los más numerosos, al representar el 70 por ciento”.

“Como profesionales del centro especializado para estos fines sentimos y se nos hace complicado ver tantos niños que con estas edades tan tempranas de la vida y con padecimientos crónicos ya están expuestos a una enfermedad perfectamente prevenible, pues dependen de sus padres”.

La doctora Lucy de la Caridad Rosabal Sosa reconoce el esfuerzo duplicado del colectivo que dirige para cuidar a los niños sospechosos de padecer la COVID-19 en Granma// Foto Denia Fleitas Rosales

“Con una magnífica comunicación y asesoramiento de los expertos nacionales, en particular con la Doctora Lissette López González, Jefa del Grupo Nacional de Pediatría del Ministerio de Salud Pública, hemos atendido a los sospechosos como confirmados, hasta que se demuestre lo contrario, pues desde que llegan se cumple con un protocolo tanto de diagnóstico como de tratamiento”.

“Y se ha evolucionado, pues hoy estamos trabajando con el protocolo 1.6, y se inició con el 1.1; al identificar la expresión de la pandemia desde el punto de vista pediátrico hemos perfeccionado las prácticas para mayores éxitos y salvaguarda de sus vidas”.

El incremento de los contagios en esta población impuso el reto y más de 80 de sus trabajadores han dejado marcas de amor en quienes por allí transitan: binomio bisoños y madres, al consagrarse a una exposición que sobre todo salva.

“Nuestro compromiso es seguir trabajando y aportando, para modificar la condición de quienes llegan en múltiples ocasiones con sintomatología, y de los que el 95 por ciento ha sido trasladado a Santiago de Cuba asintomático y reducido por ende su estadía en la institución certificada para el manejo de confirmados.

“De esta labor depende que no se haya tenido que lamentar complicaciones importantes en ellos, y sólo ha estado en terapia una niña del municipio de Manzanillo, del policlínico tres René Vallejo Ortiz, que desde nuestra institución ya tuvo una evolución favorable”.

En el período, además, el colectivo del Hermanos Cordové ha efectuado 259 ingresos por concepto de infecciones respiratorias agudas a su población habitual, de los 550 pacientes vistos en el cuerpo de guardia establecido para incrementar la vigilancia a este grupo vulnerable.

La delimitación de las áreas es indispensable para evitar transmisión del virus// Foto Denia Fleitas Rosales

“Hemos desempeñado esta tarea con éxito y reconocimiento de los expertos nacionales y de Santiago de Cuba que reciben los pacientes referidos desde nuestro hospital, porque se ha garantizado la calidad de su atención y cuidados.

“Además una vez egresados y recuperados totalmente, ya disponemos desde finales de marzo de la consulta Post COVID-19, donde se atenderán a la totalidad de los niños de la región del Guacanayabo que sufran la enfermedad.

“Integrada por un equipo multidisciplinario con especialistas en neumología, radiología, cardiología, nutrición, psicología y psiquiatría infantil, se ocupa de evaluar por un período de un año el estado de salud de los niños, y definir secuelas del virus, que afortunadamente hasta el momento no han sido detectadas en ninguno de los alrededor de 25 evaluados hasta la fecha.

A las loas del equipo médico por salvaguardar a quienes están en la incertidumbre de haber sido contagiados, se añade que “no hemos tenido que lamentar ningún brote institucional, y eso habla a favor del intenso trabajo que se ha realizado en toda la institución, y nos ha permitido el perfeccionamiento de la atención a nuestros pacientes”.

Una labor apegada al humanismo, “con derroche de esfuerzo y pasión tanto por nuestros profesionales y por los de los policlínicos de Manzanillo y fuera del municipio, integrados a la atención junto al equipo especializado de Pediatría del hospital General Milanés de Bayamo, y enfermeros de otros territorios, quienes conforman los tres grupos de trabajo protagonistas de salvar en zona roja”, destaca la doctora Lucy Rosabal.

A todos ellos debe Granma la protección y resguardo de los más pequeños de casa de esta provincia oriental expuestos a la COVID-19 como sospechosos, su consagración hace valer la grandeza de los profesionales médicos y de la medicina cubana en virtud de los que saben querer.

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