Huellas de inmunidad y prevención (+Fotos y video)

Cuando Haslyn crezca en su hombro izquierdo puede que lleve la marca o no que muchos identifican como sello cubano, pero con certeza su madre podrá decirle que a las pocas horas de nacer el llanto provocado por una vacuna marcó el punto de partida de su fortalecimiento inmunológico.

El quejido por el pinchazo de la aguja a nivel intradérmico se ahoga en la sutil presión que, para la efectividad del proceder, aplica la experimentada seño y evita movimientos; y aunque a su mami Katerin también le duele, observa con serenidad el acto doloroso para un bien mayor.

A ella, como al 100 por ciento de los niños que nacen en el Hospital Ginecobstétrico Fe del Valle Ramos de Manzanillo y en toda Cuba, se les administran antes de su egreso de la maternidad las vacunas BCG, por las siglas del bacilo de Calmette-Guérin (BCG), y la Heberbiovac HB, contra la tuberculosis y la Hepatitis B, respectivamente.

«Diariamente los recién nacidos con peso de dos mil 500 gramos o mayor son vacunados una vez pasan a la sala de puerperio, siempre en presencia de sus madres para que conozcan los detalles de cada dosis, y la reacción que al mes puede evidenciarse al aparecer inflamada la papulita de la inyección», explica la licenciada en enfermería Mayandé Ante Núñez, al frente del programa de Vacunación en el centro hospitalario.

El especialista en Neonatología Hugo Torres Ortiz explica que todos los niños están protegidos por igual //Foto Denia Fleitas Rosales

La BCG, colocada en el hombro izquierdo, es la que prácticamente recibe a los cubanos como dosis primera por el bienestar, y que a decir del doctor especialista de primer grado en Neonatología, Hugo Torres Ortiz, «su marca depende de la reactividad del individuo: quienes son alérgicos, con poca respuesta inmunológica, no la llevan; mientras que los que reaccionan violentamente a los anticuerpos, tienen la huella; pero ambos, es decir, todos, están protegidos por igual».

«Esta produce inmunidad permanente ante la tuberculosis y es una garantía para el desarrollo futuro del niño, dado que la enfermedad resulta invalidante y no sólo se manifiesta a nivel de los pulmones, sino que puede ser ósea, cerebral, y es potencialmente mortal».

Con la gracia natural que caracteriza a este profesor con casi 40 años de ejercicio en la Neonatología, pregunta como a sus alumnos «¿dónde se administra la BCG si estamos forrados de piel?», y responde «en el deltoides izquierdo, una dosis de 0.05 mililitros, por consenso internacional, aunque en otros países se pone en el lado derecho».

Cuba comenzó a usar la vacuna a base del bacilo de Calmette-Guérin (BCG) en la década de 1960, ymantiene una cobertura de casi 100% al momento del nacimiento // Foto Denia Fleitas Rosales

Aunque Haslyn no comprende el porqué la mujer de manos suaves, con el vestido que luego aprenderá es de color blanco, insiste en provocarle el llanto, la licenciada Mayandé le inyecta ahora en un tercio medio de la cara antero-lateral del muslo, a nivel intramuscular.

Es esa la dosis única de 0.5 mililitros que le resguardará de la infección hepática igualmente mortal; aunque en caso de los hijos de madres positivas al antígeno de superficie de la Hepatitis B se les aplican de esta cuatro dosis desde el nacimiento hasta el año de vida, y una reactivación a los 18 meses, y la BCG se le pone a los tres meses de nacidos.

Ya Katerin Milán Santana, madre de la pequeña, conoce al dedillo que estas son las dos primeras del esquema nacional de vacunación en la Mayor de las Antillas, tanto porque a sus 25 años recuerda las veces que en el consultorio médico, policlínico o en la escuela le dieron los incómodos pero salvadores pinchacitos; como porque es Haslyn quien con apenas unos días de vida reina en el cuarteto que preceden tres varones.

La Hepatitis B ha reducido su morbilidad a un 95 por ciento debido a la vacunación// Foto Denia Fleitas Rosales
Tomada de MINSAP

«Primeramente es algo muy grande que nos vacunen a nuestros hijos de forma gratuita, como se hace en el país, y en segundo lugar porque les inmunizan ante un grupo de enfermedades que sabemos en otros lugares del mundo ocasionan muertes; es un proceso que se extiende desde que nacen hasta que están creciditos y es la seguridad de que nuestros bebés estén sanos».

Así comenta mientras sostiene contra el pecho a su hija, que ya olvidó el momento triste con el mayor de los consuelos para esta edad, el sabor de la leche materna y el abrazo cálido de un corazón palpitante de amor.

Previo y tras la administración se explica a las madres la utilidad de las vacunas y cómo proceder al cuidados de los hijos // Foto Denia Fleitas Rosales

Con total cuidado se realiza cada proceder, con prácticas asépticas que aseguren la conservación de la calidad del preparado y de la inoculación, en virtud de la total protección de los bisoños.

Esta realidad es consecuente con el Programa Nacional de Inmunización (PNI), creado en Cuba en el año 1962 y por el cual se administran 11 vacunas contra 13 enfermedades, y alcanza anualmente una cobertura de 99.5 por ciento a nivel nacional.

De los 11 inmunobiológicos, ocho son de producción nacional y tres de importación, incluida la BCG entre estos últimos, y en ello radica, como resalta el especialista Hugo Torres, «la relevancia, el gobierno pone a disposición del pueblo, en especial de sus niños, los recursos y la salud pública en favor de su bienestar, no importa cuánto cueste o en qué lugar distante del mundo se fabrique, todos los niños están inmunizados contra estas y otras enfermedades».

Es la prevención la premisa de este programa que transformó el panorama sanitario cubano al mejorar los indicadores de salud de su población, evidenciado en la eliminación de seis enfermedades inmunoprevenibles: poliomielitis (1962), difteria (1979), sarampión (1993), rubéola (1995), parotiditis (1995) y tosferina (1997), y de cuatro complicaciones o formas graves: la meningitis tuberculosa (1962), el tétanos neonatal (1972), la meningitis postparotiditis (1989) y síndrome de rubéola congénita (1989).

La incomodidad del hombro y muslo de Haslyn en breve pasarán, pero nunca lo hará el resguardo que le ofrece la tierra donde nació, desde la ciencia y el servicio médico de carácter universal y accesible, donde nada es más importante que la salud de los que saben querer.

Tomado de Cubadebate
Tomada de Cubadebate