Tal movimiento debe llevarlo a las cercanías de las ciudades de Naples, Fort Myers, San Petersburgo y Tampa, en la costa oeste del estado de Florida, donde se prevén olas de hasta 4,5 metros de altura.
Medios locales reportaron que desde ayer comenzaron a sentirse los efectos del fuerte organismo ciclónico, que derribó palmeras y arrojó intensas lluvias en el sur del territorio, donde ya se registran 430 mil hogares y negocios sin servicio eléctrico.
La administración de la ciudad de Miami Beach, en el sureste del estado, informó en su cuenta de Twitter que debido a los vientos sostenidos extremos los equipos de rescate ya no son capaces de responder a las llamadas de emergencia.
‘Quédese dentro y manténgase a salvo hasta que la tormenta haya pasado’, recomendaron las autoridades locales a la población.
El tamaño de Irma, que abarca de 563 a 643 kilómetros, expone a toda la península de Florida a sus efectos.
Los vientos de fuerza de huracán se extienden por 130 kilómetros desde el centro del sistema y los de tormenta tropical por 350 kilómetros, mucho más del ancho de Florida.
De acuerdo con meteorólogos, el área de Miami, con más de seis millones de habitantes, podría registrar vientos huracanados que llegarían a ser letales y olas de entre 1,2 y 1,8 metros.
En tanto, la localidad de Fort Lauderdale, a 50 kilómetros al norte de Miami, sufrió ayer un tornado y las autoridades emitieron advertencias por este fenómeno en varios condados.
Las proyecciones indican que Irma podría entrar a la Bahía de Tampa el lunes por la mañana, lo cual lo convertiría en el primer gran huracán (de categoría tres o superior) en llegar a esa zona desde 1921.
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