
La Casa del Joven Creador de Manzanillo se convirtió en un lienzo palpitante de creatividad y pasión, durante la XIV Edición de La Fiesta Innombrable, organizada por la Asociación Hermanos Saíz.
Este evento anual se ha convertido en un faro para la juventud cubana, un espacio donde las voces encuentran eco y las almas artísticas se entrelazan.
«La Fiesta Innombrable continúa siendo luz en la oscuridad, quedó demostrado que es un evento que aún prevalece, uno de los más importantes y por los que hay que apostar», asegura José Carlos Capote Lastres, uno de los organizadores.
Desde el 22 hasta el 24 de noviembre, está jornada, ofreció un programa variado y ecléctico, que incluyó exposiciones de pintura y audiovisual, expoventa de libros, recitales de poesía, conciertos de música y presentaciones teatrales infantiles.
Más que una simple exhibición de arte, es un encuentro de almas. Detrás de cada pincelada, cada verso y cada nota musical, hay historias de sueños y de un anhelo irrefrenable por expresar lo que late en el corazón.
«Para nosotros, Isla, participar en La Fiesta Innombrable ha sido un sueño hecho realidad. Es una plataforma única donde los jóvenes músicos manzanilleros pueden dar a conocer su trabajo y conectar con un público diverso. Ha sido una experiencia que nos ha impulsado a seguir creando música», comentó con entusiasmo Drennis Almeida Acosta, integrante de una de las agrupaciones locales participantes, Isla.
Pero está Jornada de Arte no solo es un espacio para los jóvenes, también, es un puente donde artistas consagrados comparten sus experiencias y conocimientos, creando un ambiente de colaboración y enriquecimiento mutuo.

Yanco León, músico bayamés, fue uno de los invitados especiales de esta edición, su presencia en el evento no solo enriqueció el programa, sino, que sirvió como inspiración para las nuevas generaciones de músicos,»me voy muy contento, este es un espacio que no se debe dejar caer por nada, pues logra reunir a la juventud manzanillera para que puedan familiarizarse con los artistas de la ciudad», comentó.
A pesar de los desafíos impuestos por la contingencia energética, la comunidad se unió para hacer de La Fiesta Innombrable una realidad. Sin amplificadores ni micrófonos, los artistas y el público se acercaron como nunca antes, creando una atmósfera íntima y especial. La música se hizo más humana, más cercana, y el espíritu de colaboración se fortaleció.
«Nunca había tocado en una presentación sin amplificador’’, confesó Manuel Mendoza Cedeño, guitarrista de la banda Hollow Pockets, ‘‘Al principio fue extraño, pero luego me di cuenta de que la conexión con el público era mucho más intensa. Cada nota se sentía más real, más auténtica’. Su testimonio refleja el espíritu de adaptación y superación que caracterizó el evento.
Desde 2010, su primera edición, la Fiesta Innombrable ha sido un faro de esperanza para la juventud cubana. Un espacio donde los jóvenes artistas pueden expresar libremente su creatividad y conectar con su público.

Esta edición ha sido un digno sucesor de las anteriores, consolidando el evento como una plataforma fundamental para el desarrollo de las artes en Manzanillo y en el país. Año tras año, nos demuestra que el futuro de nuestra cultura está en buenas manos.
La Jornada de Arte Joven, «La Fiesta Innombrable» dejó una huella imborrable en la comunidad de Manzanillo y en el corazón de todos los que participaron. A pesar de las dificultades, el evento se convirtió en un hito para la cultura cubana, demostrando el talento y la pasión de las nuevas generaciones.
No fue solo un momento, sino un movimiento que continuará inspirando a jóvenes artistas en todo el país.