Manzanillo. Marzo 16.- Proteger a los adultos mayores se ha convertido en todo el mundo una prioridad ante la extensión imparable del coronavirus. En Cuba la atención a las personas que ya transitan por la llamada “tercera edad”, es hoy una de las acciones más importantes que se acometen por nuestro sistema de salud.
El cuidado a los manzanilleros que se encuentran internados en la Institución Asistencial Geriátrica Padre Acevedo, y a los que reciben los servicios diurnos aquí, se realiza de una manera especial por todo el equipo médico y paramédico de la entidad, ubicada en el Reparto Caymari.
El doctor Daniel Andrés Céspedes Salgado, especialista en primer grado en geriatría, y jefe del equipo de atención multidisciplinario del hogar de ancianos de Manzanillo, dijo que en este centro para proteger a nuestros ancianos “comenzamos a tomar las medidas preventivas que permiten evitar no sólo la propagación de infecciones por el coronavirus, sino también de otras enfermedades respiratorias agudas, por lo que el personal fue capacitado con el objetivo de educar a nuestros pacientes”.
“Esta preparación se realiza en varias etapas, donde se imparte una conferencia orientadora y de actualización sobre el comportamiento del coronavirus y cómo prevenirla tanto en el centro laboral, como en la casa y en las comunidades”, dijo el doctor.
“Los adultos mayores que tenemos aquí reciben también una orientación de todo lo que se debe realizar para evitar el contagio y la propagación de la enfermedad, como el lavado correcto de las manos y la utilización del nasobuco”, agregó Céspedes Salgado.
“Se disminuye también la entrada de los familiares a la institución, y las salidas de los residentes a las comunidades, pues ellos tienen derecho a los paseos y a los permisos transitorios en los hogares que son otorgados por los trabajadores sociales de la entidad, y en la medida que sea posible estos pases se restringirán un poco para evitar su contagio en la comunidad”.
“Se eliminó además por estos días el servicio de rehabilitación que brindamos a la comunidad hasta que mejore la situación epidemiológica. Se vela igual por el lavado constantes de las manos tanto, de los internos como de los visitantes en la entrada de la institución”, concluyó el especialista.
Este hogar para ancianos tiene también las condiciones creadas para enfrentar un posible contagio. En el caso de que se tenga sospecha de algún abuelito que padezca la enfermedad será atendido con las urgencias que merecen en una sala de cuidados especiales preparada para el aislamiento, donde se darán las primeras atenciones y se remitirá a los centros habilitados en la provincia para estos casos.
Aquí están preparados los 242 trabajadores de la entidad para enfrentar al coronavirus COVID-19, en especial los cinco médicos geriatras y las 55 enfermeras. Todos los días la unidad informa al municipio los pacientes que presenten síntomas de respiratorios altos, a los cuales se mantienen con una vigilancia epidemiológica capaz de atender la evolución, y el manejo de eso pacientes correctamente, según los protocolos de actuaciones de infecciones respiratorias agudas.
La licenciada Dayamí Torres Rodríguez, jefa de enfermería de la institución refiere que “constantemente nuestras especialistas conversan con los abuelos sobre las medidas de protección, les enseñan con ejercicios prácticos cómo deben comportarse antes cualquier síntomas, y las técnicas correctas del lavado de las manos.
“Así mismo les orientamos otras medidas como, evitar los saludos con besos y abrazos, para impedir de esta manera el contagio con el virus. En estas acciones no sólo trabajan nuestras enfermaras, también las realizan los asistentes directos de nuestros pacientes y todo el personal que para eso recibió la preparación”, dijo la jefa de enfermería.
“Nuestros residentes se han mostrados muy atentos y agradecen estas actividades de orientación, han sido receptivos y cooperan en todas estas actividades para su cuidado personal”, agregó Torres Rodríguez.
Así lo asegura también Maricela López Rosabal, una de las manzanilleras que es atendida aquí desde hace tres años a través del servicio diurno. Ella dice que “nos han enseñado cómo mantener una distancia prudente para establecer las conversaciones, la forma de realizar el saludo y la conservación de la higiene para evitar el contagio”.
“Nos han dado charlas para conocer las medidas que nos permite conservar nuestra salud y enfrentar ahora la COVID-19”, dijo Mercedes Betancourt Padrón una maestra jubilada que también recibe atenciones desde hace nueve años en esta entidad. “Con estas acciones evitamos contaminarnos y la propagación de la enfermedad. Las enfermeras se encargan de prepararnos con todo el amor disponible.”
Entre las atenciones médicas, el cuidado y la capacitación diaria transcurren los días en este hogar, que ahora intensifican sus métodos para conservar lo más preciado de las personas, su vida, y en especial de nuestros mayores porque es la población más vulnerable al coronavirus.
Son ellos precisamente lo más propensos a contagiarse y sufrir las consecuencias de la enfermedad, ya que pueden presentar algún cuadro clínico comprometido por otro tipo de problemas de salud. Sin lugar a dudas esta es una obra de total entrega y de infinito amor para cuidar a nuestros abuelitos.