Villa Clara resulta la primera provincia cubana que dispone de una evaluación cardiovascular a niños que fueron positivos por la COVID-19, cuyo estudio será extendido a todo el país por disposición del Ministerio de Salud Pública (Minsap).
La investigación pormenorizada y con amplio rigor científico pertenece a la Dra. Lisset Ley Vega, especialista de primer y segundo grados en Pediatría y de II en Cardiología, e incluye el universo de 36 menores, incluso uno con menos de un año de nacido.
Por grupos de edades la mayoría rebasa los 10 años, y llama la atención que del total de la muestra, 20 de ellos resultaron asintomáticos, lo que demuestra un peligro potencial al tener el virus, no manifestar síntomas, y transmitir la enfermedad a otras personas.
En este sentido la experta subrayó que los incluidos en esta categoría fueron detectados por resultar contactos de casos positivos y sospechosos; de ellos, dos con fuentes de infección en el extranjero. De obviarse el estudio epidemiológico, desarrollado también en la cadena de segundos y terceros vínculos, sería imposible la determinación.
Cinco de los más de treinta estudiados presentaron complicaciones cardiovasculares ejemplificadas en la miocarditis o alteraciones en el músculo cardíaco, y de pericarditis, considerada como una inflamación e irritación de la membrana que rodea al corazón.
Entre la sintomatología o signos reflejados durante el debut y la fase aguda de la enfermedad figuraron la congestión y secreción nasal, la erupción cutánea (rash), fiebre, dolores de cabeza, y vómitos, entre otras manifestaciones.
Desde julio se procedió con el estudio genético, inmunológico y molecular en pacientes afectados por el coronavirus, y se adicionó el cardiovascular a los niños comprendidos en la edad pediátrica (hasta los 18 años). Estos menores no experimentaban antecedentes patológicos de enfermedades crónicas y mantenían un estado nutricional óptimo.
«Actualmente poseen tratamiento según protocolos establecidos y el correspondiente seguimiento en la fase de convalecencia. Dichas complicaciones aparecen después de la infección viral y al ser determinadas de forma oportuna pueden resultar reversibles en la mayoría de los casos, a partir de la terapéutica y su seguimiento por parte de equipos especializados», precisa la Dra. Lisset Ley.
A manera de recomendaciones insistió en el accionar preventivo de los padres y la familia en torno a la disciplina, al lavado de las manos, el uso del nasobuco, a la necesidad de mantener el distanciamiento social, a no suprimir la lactancia materna en el caso de los pequeños, y asistir al médico ante cualquier síntomas que se asemeje a un catarro o cuadro digestivo ante las agravantes generadas por el virus.
En esta investigación participó el servicio y la red de Cardiología Pediátrica de Villa Clara, junto al Centro Provincial de Genética Médica, el Cardiocentro Ernesto Che Guevara, el grupo nacional de Pediatría, y el Centro de Referencia William Soler de la capital cubana.
Finalmente la Dra. Ley Vega enfatizó en la vigencia de un período de alerta epidemiológica que no concibe fiestas ni otras actividades públicas, independientemente de las fases en que se encuentre cada provincia, en un país que ha gastado infinidad de recursos para preservar la vida, y sobre todo la de su infancia como principal tesoro.
(Tomado de Vanguardia.cu)