Cuando se transita por la plenitud de la vida, las decisiones personales se asumen en un santiamén, pero si a ellas las aderezan la sensibilidad, el humanismo y el amor por la salud de otros, entonces las conductas adquieren los ribetes emotivos, entrañables.
Así sucedió hace unos días a un grupo de jóvenes especialistas en cirugía general, enfermeros, anestesiólogos y trabajadores de servicio quirúrgico del hospital manzanillero Celia Sánchez Maduley: rendían la guardia médica de turno cuando recibieron una llamada para atender una paciente con diagnóstico de apendicitis aguda y positiva a la Covid19.
Tiene apenas 34 años de edad y “mucho por aprender todavía, pero a nada digo que no, enfrento los desafíos, como ahora. El cirujano no puede tener miedo”, comenta a través del teléfono el doctor Wilkis Fernández Labrada, jefe del team médico que operó a la mujer, “en este minuto muy bien y ya se alimenta.
“Mantener esa evolución es muy favorable porque con el nuevo coronavirus nunca se “sabe”, es una enfermedad muy contagiosa y puede traerle muchos problemas a la paciente de no recuperarse bien de la intervención.”
Fernández Labrada recuerda que esa noche hablaban de béisbol y la final entre #Granma y #Matanzas, reían porque muchos confiaban en que el play off final no llegara tan lejos, como sí lo ha hecho el desempeño de él y sus colegas: los anestesistas doctores Alejandro González Saumell, de 27 años de edad y Elizabeth Fuentes Pacheco, de 29 y, 27 y Abilio Zamora Dubet, el enfermero veterano del equipo, pero de solo 46 años.
“Valoramos la paciente sobre la una de la madruga del primero de abril; sobre las 3:00 a.m. iniciamos el acto quirúrgico que se extendió por una hora y 15 minutos.
“Por lo general, las operaciones de este tipo yo las ejecuto en media hora, pero esta tenía el riesgo asociado de la Covid 19, y cada paso hay que meditarlo bien, tanto para uno, como para la futura evolución de la persona, además por protocolo solo trabajamos ahora con un enfermero.
“La decisión del colectivo fue asumir la misión desde que se nos convocó, porque para eso somos médicos: el objetivo es que quienes lleguen a nuestras manos sanen, sin mirar los riesgos a los que uno se puede someter. Por delante está la vida de un ser humano, que es lo que más importa dentro de un salón de operaciones.
“Hay que ser muy precisos a la hora de diagnosticar una apendicitis porque tiende a “confundir” al especialista. Ya en el salón el riesgo que puede acarear para el paciente es la lesión de un órgano, que uno trata de minimizar.
«Terminamos y me sonreí porque fue un éxito colectivo: la primera intervención quirúrgica de la provincia de Granma en tiempo de pandemia.
“Es una experiencia única en todos los sentidos y nos enorgullece por la evolución que constatamos cada mañana en la paciente. Aquí estamos para lo que haga falta a cualquier hora, y día.”
La afirmación del doctor Fernández Labrada une la fuerza y el ímpetu de la juventud, vísperas del festejo del aniversario 59 de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), y confirma una certeza: el relevo, la continuidad de la medicina en la #ProvinciaGranma está en diestra profesionalidad, entrega y dedicación de bisoños y consagrados cirujanos.