Julián y el estímulo para continuar haciendo

Julián Vega Borges recibe la Medalla Distinción por la Educación Cubana. Foto Marlene Herrera

Julián Vega Borges siente al magisterio desde pequeño. De niño, durante sus juegos infantiles en esta su localidad natal, era el maestro: cogía pizarra y tiza en mano y daba “clases, orientaciones y tareas” a los niños que lo secundaban en el entretenimiento.

Pero esa pasión fue creciendo en la medida que los calendarios desprendían las hojas y el influyo paternal lo fue inclinando a una profesión que al decir del Apóstol José Martí, es ante todo una obra de infinito amor.

“Cuando concluí el preuniversitario no tenía dudas que mi elección sería enseñar a las nuevas generaciones. Opté estudiar en la Universidad de Ciencias Pedagógicas la especialidad de Historia y Marxismo”, recuerda hoy con 34 años de edad.

Luego de cinco años de formación en esa casa de altos estudios con sede en Manzanillo, a Julián lo ubicaron en el Instituto Preuniversitario en el Campo (IPUEC) 30 de noviembre, del vecino municipio de Yara.

“Aquellos también resultaron años de aprendizaje, pues era casi tan joven como mis alumnos. Siempre recibí el apoyo y las orientaciones de mis colegas de mayor experiencia. Estuve al frente de un grupo de décimo grado con el que la labor fue bonita porque nos compenetramos mucho: intercambiaba con ellos sobre cualquier tema, los aconsejaba, escuchaba sus opiniones y dialogaba con sus padres.”

¿Cuánto de importante es el vínculo entre el profesor, el alumno y su familia?

“Es imprescindible para lograr cualquier objetivo: tiene que ser un vínculo cada vez más estrecho y armónico, un triángulo base perfecto, que tenga en el centro la educación del niño, del joven. Las acciones que se ejecuten de manera conjunta tienen que ser con el fin de fortalecer la preparación y formar un joven cada vez más comprometido con la sociedad y la Revolución.”

¿De qué manera la enseñanza de la Historia y el Marxismo se puede impartir de manera más atractiva para los estudiantes?

“Primero tenemos que seguir trabajando con la preparación del profesor, una cuestión elemental. La presencia del libro de texto también, apoyados por las nuevas tecnologías como las computadoras, los CD con materiales audiovisuales que describen escenarios, hechos, héroes y mártires, pero nada de eso debe sustituir el papel del profesor frente al aula.”

“Creo que es importante que los alumnos palpen de manera directa esos escenarios y para ello es importante la visita a sitios históricos vinculados a nuestras luchas por la liberación, en esos lugares es donde el profesor puede extrapolar lo que se expone en los libros con la realidad circundante, que siempre es mucho más rica.”

¿Qué valoración te merece la combinación de la juventud y la experiencia entre los profesionales del sector educacional en Manzanillo?

“Los más bisoños nos nutrimos de la savia de los más experimentados y eso, sin dudas, contribuirá a un mejor desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje. Los jóvenes impulsamos las distintas tareas con nuestro carácter desenfadado pero responsable, con el ímpetu y los deseos de hacer.”

Hoy máster en ciencias de la educación, Julián Vega Borges es el actual subdirector económico de la dirección municipal del sector en este costero territorio. Por su destacado desempeño frente a las aulas y en esa nueva misión administrativa acaba de recibir la Distinción por la Educación cubana.

“Nos compromete mucho más. Es un regocijo al esfuerzo que estamos realizando y nos convoca a continuar entregándolo todo por la Revolución y la obra de la educación, de seguir haciendo, de que a las escuelas luzcan siempre más bonitas, de que todos los recursos lleguen a los estudiantes y profesores en tiempo y forma y que se revierta en mejores resultados para el beneficio de las nuevas generaciones de manzanilleros.”