Ahora mismo en las redes sociales los grupos más anticubanos y reaccionarios en Estados Unidos intentan demonizar al país. Con un doble rasero extraordinario han manipulado imágenes, información, ofrecen datos falsos, crean historias de vida unilateralmente contadas, llaman a fomentar el odio e intentan ubicar a nuestro país como el peor sitio del mundo.
Es una maquinaria maquiavélica, donde detrás de ella están millones y millones de dólares en gastos para la subversión, tecnologías sofisticadas para introducir datos distorsionados en las redes para que circulen despiadadamente, la creación de líderes virtuales, la búsqueda de cualquier motivo que apunte hacia la supuesta falta de gobernabilidad en el país, y la necesidad de ayuda exterior para resolver los problemas de los cubanos.
Es una narrativa completamente hipócrita, con un guión que se ha repetido varias veces, pero que a diferencia de otros, intenta mezclar ahora elementos de carencias materiales en el país, más una situación sanitaria compleja por la COVID-19, que se azuza con el recrudecimiento de un bloqueo imperial con más de 200 medidas aplicadas desde la anterior administración que ya sabemos apunta a echarle presión a la ¨caldera¨ para crear caos y desestabilización.
La historia pasada y reciente nos ha dado suficientes lecciones como para que la mayoría de los cubanos no nos dejemos confundir y defendamos la unidad.
Desde la seudorrepública con la intervención norteamericana; con el triunfo de la Revolución en 1959 a lo que sobrevinieron después los sabotajes, las acciones terroristas, los atentados, la persecución financiera, la demonización contra nuestros principales dirigentes, los ilimitados gastos para subvertir el orden en Cuba con el pago a mercenarios.
Cuba ha tenido que defenderse a capa y espada. Con su verdad ante todo y la razón que le asiste en respaldo de un proyecto social refrendado recientemente en su Constitución por más del 85 por ciento de los compatriotas, por el alto costo que ha supuesto mantener una Revolución como la nuestra, fruto de la lucha de hombres y mujeres, héroes y heroínas de la Patria durante más de 150 años de lucha, y en la historia del Siglo 20 y lo que va del actual contra un mismo enemigo: el imperialismo yanqui.
Nos salva la unidad, que no es monolítica, pero que sí está asumida desde algo más sagrado que nos impulsa, la Patria.
La Patria es el pedacito de tierra donde vivimos, nuestros amigos, nuestros hijos, los seres queridos, la escuela donde aprendimos, las calles donde jugamos, el barrio que nos vio nacer, el cielo que nos cobija, el centro de trabajo donde nos realizamos, la cultura que nos marca, la idiosincrasia que nos distingue.
La Patria es esa madre grande, que no es virtual, sino real. La Patria es todo aquello que se defiende, y que nace desde adentro de nosotros mismos, incluso sin estar físicamente en ella, porque también la Patria se defiende y se cuida cuando sabemos quererla donde quiera que estemos, porque la sentimos en el pensamiento y en la acción.
La Patria es también la posibilidad de caminar libres por las calles, ver jugar a nuestros hijos y nietos, el regalo de podernos formar como profesionales o técnicos sin tener que pagar ninguna factura por ello. De impulsar solo el talento y la aptitud para convertirnos en hombres y mujeres de bien y aportar.
La Patria está en el azul de nuestras playas, en ese sol que quema en el verano pero nos hace sentir felices cuando compartimos con la familia o nuestras amistades. La patria está en pensar que somos herederos de un pasado – presente que nos marca y nos permitió llegar hasta aquí.
La Patria es disponer de la ayuda del vecino cuando comparte lo que tiene y no lo que le sobra. La Patria es la historia atesorada en los ejemplos de quienes dieron su vida para ser libres, para quitarnos encima el yugo imperial que no respetó la nación.
La Patria es el aire que respiramos, las piedras por donde pisamos, el Malecón habanero, nuestro Morro, nuestra Sierra Maestra, nuestros parques, monumentos, nuestra manera de expresarnos, la cultura nacional.
La Patria soy yo, es usted, somos nosotros, los que amamos Cuba. Y por esa Patria estamos dispuestos a darlo todo.