La producción y la eficiencia no dependen de cigüeñas salvadoras

Foto: Estudios Revolución
Foto: Estudios Revolución

El incremento de la producción de alimentos y de los rendimientos en el sector agropecuario, y la eficiencia en los procesos industriales, no dependen de cigüeñas salvadoras que lleguen con todos los recursos que requieren ambas ramas de la economía para sacudirse de los quebrantos de décadas y del atenazante bloqueo del gobierno de EE. UU.

Ese fue el consenso de los colectivos laborales y fabriles que compartieron con el miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y primer ministro, Manuel Marrero Cruz, quien encabezó la visita a la central provincia de Ciego de Ávila, con el objetivo de controlar y evaluar la implementación de las proyecciones de Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía.

Foto: Estudios Revolución

Marrero Cruz visitó la Empresa Agroindustrial Azucarera Primero de Enero, un «bateador emergente» en la actual zafra, en tanto no estaba en los planes iniciales entre los ingenios que comenzarían la contienda, pero se vio obligado a hacerlo por el inestable paso del Ecuador y el «silencio» del Ciro Redondo, hasta ahora un gigante con pies de barro, al no poder mover su andamiaje porque no se ha hecho efectiva la sincronización con la bioeléctrica aledaña.

El central Primero de Enero cumple 38 días de acción y sobre sus hombros recae la responsabilidad de garantizar gran parte del azúcar que se consume en la canasta familiar normada en el territorio avileño, aunque en el momento de la visita producía meladura para la elaboración de alcoholes en la destilería Enrique Varona, cercana al central de igual nombre, paralizado desde hace varias zafras.

En compañía de Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro; Julio Andrés García Pérez, presidente del Grupo Azucarero AZCUBA, y las autoridades del Partido y el Gobierno en el territorio, el Jefe de Gobierno insistió en la necesidad de que este central se mantenga en acción la mayor cantidad de días posibles por la importancia, tanto del azúcar como la meladura.

En tránsito hacia la Empresa Agropecuaria Arnaldo Ramírez, llegó sorpresivamente al hogar de anciano del municipio Primero de Enero, donde dejó una serie de recomendaciones, luego del intercambio con directivos del lugar, recorrer las áreas y escuchar a varios de los 37 ancianos atendidos en la institución.

Foto: Estudios Revolución

Sugirió una mejor elaboración y ofertas en los tipos de platos para los abuelitos, además de la siembra de condimentos y hortalizas en las amplias áreas vacías dentro del centro, a partir de la mala atención que les brinda la UBPC Bocanaza, del propio territorio.

Ante esa realidad, propuso «cambiar de padrino» y que sea la empresa agropecuaria Arnaldo Ramírez, más cercana y con mayor potencial, la madrina de los longevos. «Hay que ponerle corazón a la atención de los abuelitos», les recordó a los presentes antes de marcharse.

Al recorrer áreas de la Arnaldo Ramírez, ejemplo de entidad estatal socialista e insignia en la agricultura avileña, conoció que allí garantizan la continuidad de las cosechas una vez concluida la campaña de la papa, en su fase final, realidad que observó en uno de los colectivos laborales, que aprovechaba el área en la siembra de boniato.

Foto: Estudios Revolución

Jorge Maceo Lorenzo, director de la entidad, expresó que, pese a las limitaciones con los recursos, se trata de ser más productivos, cumplir con el objeto social, y diversificar, con el esfuerzo de los trabajadores y el empleo de alternativas como los abonos orgánicos, una correcta organización de la fuerza laboral en los colectivos.

El Primer Ministro comentó que allí tienen potencialidades para crear una mayor cantidad de esos colectivos, pues solo disponen de 21, cuando en realidad la empresa pudiera admitir hasta 90. «¿Qué falta para crearlos?», preguntó.

«Ponerse las pilas», afirmó en tono jocoso Maceo Lorenzo, el hombre de la idea de crear una casa infantil en la comunidad de Corea, donde el Jefe de Gobierno intercambió con varios lugareños.

Foto: Estudios Revolución