
El 23 de mayo de 1963 marca un hito en la historia de Cuba. Ese día un avión transportó a 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la Salud hasta Argelia, para brindar servicios de manera permanente a ese pueblo.
Autor: Nuria Barbosa León
La fecha del 23 de mayo de 1963 marca un hito en la historia de Cuba. Ese día un avión transportó a 29 médicos, cuatro estomatólogos, 14 enfermeros y siete técnicos de la Salud hasta Argelia, para brindar servicios de manera permanente a ese pueblo.
Así se constituyó la primera misión médica internacionalista cubana, que en 60 años ha tenido presencia en 165 países con más de 600 000 colaboradores, según explicó el doctor Michael Cabrera, director de la Unidad Central de Colaboración Médica (UCCM).
«Hemos atendido a población de todos los continentes, principalmente de aquellos que viven en lugares de difícil accesos y zonas rurales. También en países muy lejanos a Cuba como las islas del Pacífico, en unos 30 de África, en la mayoría de los territorios caribeños y en gran cantidad de naciones latinoamericanas».
-¿Cuáles pudieran ser los momentos más importantes en esa historia?
-Pienso en cuando el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, impulsó el Programa Integral de Salud, en 1998, después del paso de los huracanes Mitch y George por Centroamérica.
«El inicio de la Misión Médica en Venezuela, la más grande por la cantidad de cubanos incluida en ella y por el gran número de territorios a que dio cobertura. Allí se logró desarrollar un sistema de salud público, gratuito y universal muy parecido al cubano, implementando los tres niveles de asistencia: primario para la atención comunitaria, secundario para los servicios por especialidades y terciario para los tratamientos especializados.


«Tampoco podemos dejar de mencionar la creación del Contingente Henry Reeve en 2005, para atender desastres y graves epidemias. Hasta la fecha se activaron más de 90 brigadas. Dentro de ellos existen momentos que marcaron un paso en la historia como el terremoto en Pakistán, el de Indonesia, Nepal, el de Haití, y, por supuesto, el enfrentamiento al ébola en África.
«Debemos mencionar el combate a la Covid-19, que estuvimos presentes en 42 países con 58 brigadas médicas.
«En la actualidad tenemos 54 brigadas médicas con más de 22 600 colaboradores, que responde a las necesidades expuestas por cada uno de los gobiernos que nos solicitan servicios. Nunca llegamos a ningún sitio a imponer nuestro sistema de Salud, ni nuestros criterios, solo nos ajustamos a las necesidades de cada lugar para atender a su población».
-El gobierno de EE. UU. desea hacer creer que la colaboración médica cubana es un tipo de explotación moderna. ¿Qué opinión le merece?
-Se trata de una calumnia. Todos los que van a cumplir alguna misión médica pasa por la UCCM y vienen de manera voluntaria, con el único compromiso de colaborar.
«Quienes dirigimos la colaboración y los principales cuadros del Ministerio de Salud Pública cubano en algún momento hemos sido colaboradores. Para todos es una experiencia profesional única y enriquecedora.
«En cada uno de los países solo ayudamos a la población a mejorar sus problemas de salud. Cada uno de nuestros médicos va consciente de ello, con el deseo de aportar a sus ingresos familiares, a su pueblo y a la economía del país.
«Lo poco o mucho que puedan generar en cada una de esas misiones, se utiliza en Cuba para la sostenibilidad del sistema nacional de Salud Pública. Los cooperantes lo saben y sus aportes mejoran las condiciones de trabajo de las instituciones, hospitales, policlínicos y consultorios.
«A pesar de esa campaña malsana, continúa subiendo el prestigio de nuestra Medicina en el mundo. Hoy tenemos solicitudes de todos los continentes, incluso, de países del Primer Mundo, algunos de ellos en Europa. Vamos a continuar estando en los lugares donde más se necesite».
-Recientemente el gobierno de EE. UU impuso otras dos medidas que perjudican directamente a la colaboración médica cubana; primero, sancionar a los países que reciban brigadas y segundo, ampliar los privilegios de quienes deserten…
-Eso es parte de la misma línea de pensamiento de destruir la obra de la Revolución, principalmente una de las ideas más brillantes: la de brindar solidaridad a los más necesitados.
«Estamos convencidos de que ninguna estrategia podrá destruir esa realidad ni cualquier intento de acabar con la ayuda y la asistencia que podamos brindar porque a pesar de esas medidas han aumentado las solicitudes para más cooperación cubana».

– ¿Cuál ha sido su experiencia como colaborador?
-Yo con 25 años integré la brigada médica en Guatemala, con tan solo un año de graduado de la carrera, y me tocó asistir en las montañas. Luego transité por otras importantes, como Venezuela, Dominica y Nicaragua.
«Todas aportaron a mi formación como médico. La experiencia siempre es de aprendizaje. En el momento de partir, siempre se me hace un nudo en la garganta. Dejamos a muchos amigos y la tristeza nos invade por ser parte de una comunidad que nos acogió como a uno más de ellos.
«A los médicos cubanos nos caracteriza la hermandad, el humanismo, el ayudar estoicamente y eso nos identifica ante los profesionales del resto del mundo. No somos ni mejores, ni peores, sino diferentes».