El receptor Luis Alberto Ferrales Jiménez dijo adiós hoy al béisbol activo, en el estadio Wilfredo Pagés, de Manzanillo, escenario que lo vio iniciarse en la pelota cubana cuando apenas tenía 10 años de edad.
Miles de manzanilleros acudieron a despedir al ídolo local, quien recibió un reconocimiento especial por su trayectoria de manos de Federico Hernández Hernández, primer secretario del Partido en la provincia, y Manuel Santiago Sobrino, presidente del Gobierno en el territorio.
Además, una veintena de organismos, empresas, peñas deportivas e instituciones agasajaron al atleta.
“No esperaba algo así. Este gran momento que me dio Manzanillo nunca lo voy a olvidar. Gracias a todo el pueblo, a la gente que me quiso y me respetó en el terreno”, dijo Ferrales Jiménez visiblemente emocionado.
Chicho Ferrales, como se le conoce en el argot beisbolero- debutó en la 37 Serie Nacional de Béisbol (1997-1998) y estuvo activo hasta la pasada temporada, siempre con Los Alazanes de Granma.
“Es un momento bien difícil, porque la vida mía es el béisbol. La gente me ha querido mucho aquí y en toda Granma”, aseguró.
En 18 campañas bateó para 284 (3522-1000), con 145 dobles, siete triple y 103 cuadrangulares. A la defensa cometió 69 errores (983 AVE) y 54 passed ball; además le robaron 296 bases y cogió a 240.
“Pienso que pude jugar unos años más, pero las lesiones me estaban golpeando bastante. Soy hipertenso, tengo la “gota” y ya no era el mismo rindiendo”, manifestó.
En la arena internacional fue campeón mundial juvenil (1997); asimismo ganó un título con un equipo Cuba “B” en una copa por invitación en Italia y fue subtitular del Torneo de Haarlem, Holanda, en el 2004 y 20006.
“Voy a seguir en la pelota, con Granma, con Manzanillo,… en cualquier lugar”, finalizó.
Chicho también recibió el saludo de todos los jugadores de Los Alazanes y del equipo de Artemisa, rivales de los granmenses en la jornada dominical. Resultó emotivo el abrazo entre él y Carlos Martí Santos, técnico a quien considera su “papá”.
Asimismo, Ciro Silvino Licea González se mostró efusivo y lo cargó, como muestra de la empatía que lograron por casi dos décadas pitcher y receptor.
De manera simbólica, Ferrales Jiménez entregó un bate al también manzanillero David Alejandro Castillo Suárez, torpedero Todos Estrellas del III Campeonato Mundial de Béisbol Sub-15, en el que Cuba ganó el título.