Manzanillero denuncia afectaciones directas a su salud por el bloqueo

Antonio Félix Llumbet de los Reyes sí sabe en su propia piel de las consecuencias y afectaciones que ha ocasionado a los cubanos el injusto, inhumano y férreo bloqueo económico, comercial y financiero que el gobierno de los Estados  Unidos impuso a nuestro país.

Su historia comienza desde la niñez cuando médicos cubanos y extranjeros tuvieron que superar los obstáculos que el bloqueo produjo para posibilitarle una mejor calidad de vida, luego de una dolorosa experiencia para él y su familia provocada por un accidente doméstico.

LA TRAGEDIA              

“El tres de julio de 1967, cuando sólo tenía seis años, sufrí este accidente cuando mi abuela se encontraba encendiendo el fogón el cual utilizaba kerosene y alcohol para precalentar, eran de esos fogones de la época que usaban esos combustibles”, comenta LLumbet de los Reyes a Radio Granma digital.

“Con la inocencia de mi corta edad me encontraba jugando en la cocina, y muy cerca de mí a escasa distancia había una lata de alcohol… mi abuela al encender el fogón tiro la cerilla sin mirar y cayó justo dentro de aquella lata de alcohol, provocando una gran explosión”.

 

“Inmediatamente las llamas me envolvieron, y recibí graves quemaduras en mí rostro, pecho y brazo izquierdo, algunos vecinos y personal de un taller de pintura que estaba frente a mi hogar, con unos sacos me apagaron y con unos extintores amortiguaron las llamas en la cocina y apagaron el incendio. También auxiliaron y apagaron a mi abuela que recibió quemaduras superficiales”, recuerda LLumbet.

 

“Todo ocurrió tan rápido que cuando llegaron los bomberos todo estaba bajo control. Me montaron en un camión y me llevaron para el Hospital Infantil Hermanos Cordové de Manzanillo, y después de recibir los primeros auxilios y curas, por la severidad se me remitió a la Ciudad de Santiago de Cuba donde ingresé en el Hospital Provincial y al mes y medio se me trasladó para el Hospital Infantil santiaguero”.

 

El accidente ocurrió a poco tiempo del triunfo de la Revolución cubana, precisamente en un momento cuando el bloqueo estaba más difícil para nuestro país. La escasez de los medicamentos, la salida de muchos médicos para el exterior que abandonaron su profesión en Cuba, provocó una serie de dificultades para las operaciones y cirugías, que debía enfrentar Antonio. Con la voluntad de ayudar, varias trabas y situaciones enfrentaron muchos compañeros, médicos y hasta combatientes del Ejército Rebelde.

RECUPERACIÓN

“Desde el inicio que estuve ingresado en el hospital de Santiago de Cuba, donde permanecí en estado grave crítico durante tres meses, me curaban con aseptil rojo, que era lo que podían ponerme. En el accidente perdí mucha piel y la Revolución no tenía los medicamentos necesarios para mi caso debido al bloqueo”, dice Antonio.

“Luego en medio de mi recuperación mi padre me traslada para La Habana y allí fui atendido por los mejores especialistas de cirugía plástica del país, como el Dr. Tolón, el Dr. Hernández Amador del Hospital William Soler, el Dr. Lezcano del hospital infantil, y otros médicos del Hospital Calixto García. Los mejores especialistas me dijeron que no tenía arreglo en Cuba, debido a la falta de un  medicamento que eliminaba las anomalías que presentaba mi piel, o sea me operaban, me salía otro bulto de piel más y me deformaba toda la cara.

Mi papá le escribe al Comandante Sergio del Valle, quien en ese entonces era el Ministro del Interior. Este expedicionario del yate Granma comienza una serie de trámites con el Ministerio de Salud Pública y realiza todo un proceso de una búsqueda de solución en el exterior”.

ATENCIÓN MÉDICA EN LONDRES

“Ya en el año 1976 se determina por la dirección de la Revolución de enviarme hacia Inglaterra para comenzar una serie de varias cirugías pláticas que duró por cinco años”, acotó este manzanillero con la mirada fija en el horizonte como buscando los recuerdos.

“Las operaciones le costaron a Cuba 400 mil Libras esterlinas y gracias a las bondades de nuestro país, mi familia no tuvo que pagar ni un centavo de esta atención médica en el exterior, todo lo pagó el Estado cubano. Mi humilde familia nuca podría pagar esa deuda tan grande, por eso mi agradecimiento total a Fidel y a la revolución cubana que enfrentó las trabas del bloqueo para superar mi problema”.

“Las atenciones las recibí en el Queen Mary’s Hospital, un hospital soterrado de la segunda guerra mundial que todavía funciona en Londres , En octubre de 1976 es cuando ingreso en este centro y enseguida tuve una atención muy personalizada de los diplomáticos de la Embajada de Cuba en Inglaterra. Recuerdo el nombre de Leonel Soto quien hizo los trámites con el médico. Este hospital que tenía en ese entonces casi 80 salones de operaciones en los que trabajaban los mejores especialistas de distintos países del mundo”.

 

AGRADECIMIENTOS

Este manzanillero hoy tiene muchas personas a quien agradecer. “A todas las personalidades que participaron en mi cura, que rompieron prácticamente el bloqueo porque el producto no entra al país. Agradecido también con el Dr. Eliodoro Martínez Junco, el Dr. Ramón Perea Chávez, el ortopédico Álvarez Cambra, director del hospital Frank País”.

“Agradecido además con Fidel porque fue quien inició el programa de atención a los casos más difíciles como el mío que no tenían como atenderse en Cuba, con la creación del departamento MediCuba, con el que rompió en muchos momentos las trabas del bloqueo y mediante el cual se enviaban los casos al exterior para la atención especializada”.

CAMBIO

“Todo eso cambió mi vida porque a partir de todos los proceso de injertos mi rostro mejoró en un 98 por cierto a como estaba. Cambió mi vida porque me he dedicado a la música, a la cultura, me hice licenciado en economía, estuve 23 años trabajando en la dirección municipal de comercio, es decir hice mi vida normal, agradeciéndole a la Revolución que enfrentó a toda costa las consecuencias el bloqueo y si costarme ni un centavo”.

Muchas son las historias que los cubanos podemos contra sobre la afectación directa a nuestro país por el bloqueo norteamericano. A pesar de todo, la solidaridad internacional rompe obstáculos y se ha impuesto la voluntad de apoyar a este pueblo que se crece con dignidad y fortaleza moral. Por eso, sin lugar a dudas, esta injusta política debe cesar.

Fotos cortesía del entrevistado y del canal Golfovisión