Diversos análisis y reacciones siguen provocando las recientes medidas del presidente estadounidense Donald Trump respecto a Cuba. Buena parte de los medios estadounidenses se hacen eco de tales pronunciamientos.
La revista Foreign Policy publica en su edición digital un artículo que analiza los probables impactos que para la política exterior de Estados Unidos tiene el hecho de que el mandatario Trump mantenga un inusual vínculo con sus multimillonarios negocios, en un evidente conflicto de intereses. En uno de sus párrafos, el analista apunta: “La presencia o ausencia de propiedades de Trump (en cualquier país) puede también conducir a un peligroso favoritismo en la conformación de la política exterior de EE.UU. La parcialmente detenida prohibición migratoria excluye sospechosamente a la mayoría de las naciones musulmanas con presencia de negocios de Trump. El retroceso de la política presidencial hacia Cuba parece diseñada para afectar a los competidores en un mercado donde potenciales inversiones por la Organización Trump están retenidos dada su moratoria de nuevos proyectos internacionales”.
La propia publicación también da a conocer un artículo del académico Trump ha echado décadas atrás las Relaciones Cuba-EE.UU en el que el académico señala que “La nueva política hacia Cuba del Presidente Donald Trump cumple una promesa de campaña que él hizo a los cubanoamericanos conservadores durante la campaña presidencial del pasado año, pero esa es una política exterior perdedora”
bajo el título “También predice LeoGrande que “los Estados Unidos pagarán un alto precio diplomático en América Latina, donde las relaciones están de hecho dañadas por la retórica incendiaria de trump sobre los inmigrantes Latinos, el muro fronterizo con México, y el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte. Latinoamérica fue unánime en su apoyo a la política de conexión de Obama. Al revertirla, Trump ha entregado el liderazgo de EE.UU. en el Hemisferio Occidental y ha puesto en riesgo la cooperación con Latinoamérica en asuntos vitales para los Estados Unidos como migración, tráfico de drogas y crímen transnacional”.
El diario floridano Sun Sentinel publica una opinión en la que refleja la mayoritaria oposición social a la política de Trump y remarca que “…es tendencioso proponerse coronar la libertad en Cuba limitando las libertades de los ciudadanos estadounidenses. Los Estados Unidos no impone similares restricciones de viajes a ningún otros país, incluyendo Corea del Norte e Irán. Ochenta y un por ciento de los estadounidenses, 75 por ciento de los cubanoamericanos, y virtualmente todos los cubanos apoyan la libertad de los ciudadanos estadounidense para poder viajar a Cuba. Proclamar el apoyo a un ´mejor acuerdo´ para los estadounidenses, los cubanos y los cubanoamericanos, cuando se ignoran sus deseos, es altamente ingenuo.
“El tono de hostilidad en el discurso del presidente puedo incluso entorpecer los vínculos gobierno a gobierno en asuntos de mutua preocupación -cooperación antiterrorismo, antidrogas y migratoria- que funcionarios de la administración desean preservar ostensiblemente. Estos acuerdos colaborativos, los cuales fueron posibles por la decisión de Obama, refuerzan la seguridad nacional de los Estados Unidos”, añade el artículo.
El sitio web de la Brookings Institution da a conocer un análisis de William LeoGrande y Richard S. Newfarmer bajo el título El real impacto económico de las sanciones de Trump sobre los viajes a Cuba en el que muestran el tamaño real del mercado estadounidense dentro del número de visitantes extranjeros que está recibiendo anualmente Cuba y reflexionan: “De acuerdo a un reciente estudio de la Brookings Institution realizado por Richard E. Feinberg y Richard Newfarmer, Tourism in Cuba: Riding the Wave toward Sustainable Prosperity, el sector no estatal -alojamientos de renta (casas particulares), restaurantes, taxis, guias de turismo, etc- reciben cerca del 31 por ciento de todos los dólares que dejan los turistas. Visitantes estadounidenses en viajes individuales son más propensos a estar en casas particulaes, tomar taxis privados, y elegir guías turísticos privados, que los grupos organizados, los cuales son canalizados a tavés de las agencias turísticas estatales y alojados en hoteles propiedades del estado.. Consecuentemente, a pesar de que los propósitos de la política del Presidente Trump son impulsar el sector privado cubano, la prohibición de los viajes individuales pueblo a pueblo afectará probablemente más duro al sector privado.”
Mientras, en el diario The Tennessean se publica la opinión de Peter Colin, un maestro de música que viajó a Cuba en un intercambio de agrupaciones corales. Colin destaca que una encuesta de 2015 develó que el 71% de los habitantes de Tennessee está a favor del mejoramiento de las relaciones con Cuba; sin embargo, dice críticamente que los Senadores por este estado no han sido defensores de tal opinión mayoritaria.
Al valorar el paso dado por Trump lo califica como “un mal movimiento para cualquieer político. Ello impide el progeso reciente de los estadounide
veanses y las ganancias a largo plazo de los habitantes de Tennessee”. Y añade “Los cambios en la política hechos por Obama en 2014 beneficiaron a los negocios estadounidenses. En la agricultura, manufacturas, transporte marítimo y turismo se han creado empleos y oportunidades gracias al comercio con Cuba. Cuba ha recibido a delegaciones de Texas, Arkansas, Missouri, Virginia, Florida, y Louisiana, frecuentemente encabezadas por sus propios gobernadores.”