Manzanillo.- Siete mil 200 personas residentes en esta ciudad, segunda más importante de la provincia de Granma, en el Oriente de Cuba, recibieron hasta el jueves la primera dosis de la vacuna Abdala contra la Covid-19, en el proceso de intervención masiva con ese inmunógeno, primero de su tipo creado en América Latina.
El trascendental y esperado momento trascurre en 55 sitios vacunales, habilitados para el efecto en las cinco áreas de salud, hasta donde acuden las personas mayores de 60 años de edad, que padecen de hipertensión arterial, diabetes, obesidad y cardiopatías.
En exclusiva con Radio Rebelde, la doctora Nancy Lastres Vega, coordinadora de la actividad en la dirección municipal de salud pública dijo que hasta este minuto no se reporta ningún evento adverso y elogió el eficaz desempeño de los equipos que integran médicos, enfermeras, estomatólogos, los que reciben el apoyo de los estudiantes de las Ciencias Médicas y los líderes comunitarios.
Lastres Vega confirmó que las deterioradas condiciones del tiempo limitaron el avance de la inyección y exhortó a que las personas acudan en cuanto puedan a los sitios vacunales, sin necesidad de esperar por el aviso de los facultativos, para agilizar la intervención con Abdala.
El pinchazo inicial se prevé en los brazos de 26 mil 204 manzanilleros, a cuyo acto final llegan luego de que varios expertos registren datos personales y chequen la estabilidad de los signos vitales, para evitar cualquier contratiempo.
Entre las primeras personas que recibieron la vacuna Abdala en sus brazos estuvo la enfermera jubilada, Rosa Pacheco Zamora.
“Estoy muy feliz por llegar a este momento. Me emocioné, pero afortunadamente la presión se “comportó” bien, en los parámetros normales; el pinchazo apenas duele y no presenté ninguna reacción adversa. Ahora lo que tenemos que hacer es cuidarnos más para que la vacuna sea efectiva.
“Creo que tenemos que ser consecuentes con el esfuerzo que realizan el Estado, el Gobierno, la dirección del Partido y los profesionales del Ministerio de Salud Pública para detener esta terrible pandemia. En casa todos muy felices: mi esposo, la hija y mis dos nietos”, afirmó Rosa, quien manifestó la voluntad de incorporarse a la tarea de ser necesario, como enfermera porque “aun me siento bien y estoy en plenitud de facultades.”