Manzanillo. Abril 5.- Cuatro valientes educadores manzanilleros, que brindaron su apoyo como voluntarios en la zona roja de la escuela pedagógica Celia Sánchez Manduley de esta ciudad, recibieron el reconocimiento y los merecidos aplausos de agradecimiento que le dedicaron sus colegas y miembros de la dirección municipal de Educación.
Visiblemente emocionados se vieron a Yasmani Milanés Rodríguez, Katia Lorente Segura, Leonel Martínez González y José Manuel Ruiz Delgado, durante este momento en el que fueron acompañados por Aliuska Hernández, miembro del Buró municipal del Partido Comunista de Cuba (PCC) que atiende la esfera política, e Idania Fonseca Guerra, Intendente de Manzanillo.
El momento fue oportuno para que el Máster en Ciencias Yunior Heredia Tamayo, director de Educación en Manzanillo transmitiera un mensaje a estos profesores que estuvieron frente a frente a la COVID-19. «Difícil resulta en estos momentos encontrar las palabras precisas que dé la justa medida de los sentimientos que ahora mismo tenemos, por ello recurro a Martí cuando nos dijo: El deber de un hombre está allí donde es más útil.
Fue admirable el accionar de ustedes en la zona roja, su comportamiento en cada tarea, disciplina y responsabilidad. El optimismo que siempre los acompañó nos hacen sentir felices, y más al saber que pertenecen a nuestro sector, nos llena de orgullo que contamos con jóvenes seguidores del ejemplo de Fidel, del Che y Almeida.
Son ustedes muestra de continuidad. A pesar de su juventud ya tuvieron la oportunidad de escribir páginas gloriosas en sus vidas, y si a otros antes del triunfo de la Revolución les correspondió luchar con la armas para la sagrada independencia de la Patria, ustedes hoy lo hicieron por salvar vidas humanas, que también es una forma de asegurar nuestra soberanía.
Siento el orgullo de contar en las filas de educación con soldados luchadores por la vida, porque eso son ustedes. Gratitud por siempre, y gracias por poner en alto la cima de los valores de nuestro sector», dijo el directivo.
Al recibir de manos de los representantes de la educación, el partido y el gobierno local los reconocimientos, estos jóvenes transmitieron su regocijo. Así, por ejemplo, Katia se siente «feliz porque dimos el paso sin pensar en la connotación.
Estamos contentos con nuestro director que ha sido incondicional. Con este apoyo que dimos me siento realizada, porque pudimos en el momento preciso ayudar a las personas que lo necesitaban», dijo esta profesora.
Mientras que el joven Yasmani reafirmó que «esos días constituyeron una gran emoción con un poco de temor por la posibilidad que tenía de haberme contagiado con la COVID-19, pero la juventud está ahí donde es necesario y el momento justo.
Este fue nuestro Baraguá, el asalto al Palacio Presidencial que fue encabezado por jóvenes, y desde esa trinchera me tocó ahora, en medio de la pandemia por la COVID-19, defender y representar a las nuevas generaciones de hoy y a mi país, porque para mí esto fue de Patria o Muerte».
Por su parte su colega Leonel recordó cómo «las personas nos agradecían todo el tienpo, e incluso publicaban en sus perfiles de las redes sociales lo que hacíamos por ellos allí. Antes de irse con el alta, nos buscaban para felicitarnos y darnos las gracias, algo que nos hacía sentir muy bien».
Para José Manuel haber dado ese aporte significó algo especial porque «representa la vida de los cubanos, de las personas que quiero, de las que conocí y aprendí a querer en este tiempo. Si me volvieran a llamar regreso compay porque es lo que hace falta ahora, mi país lo necesita, y el hecho de que nos hayan dedicado este reconocimiento fue más de lo que merecía, porque realmente lo hice sin esperar nada, sólo lo hice porque mi gente lo necesitaba», dijo humildemente este profesor de la propia escuela pedagógica manzanillera.
En el reconocimiento que recibieron se puede leer las palabras de Fidel que expresan: «Si algún día nuestro trabajo nos pareciera bueno, debemos luchar por hacerlo mejor, y si fuera mejor debemos luchar por hacerlo perfecto, sabiendo de antemano que ninguna obra humana es lo suficientemente perfecta», una frase que resume todo el valor de nuestros jóvenes y en especial de los educadores, convertidos ahora en verdaderos valientes junto al personal de la salud, que luchan por vencer la enfermedad y contar con un mundo mejor.
