Mujeres en defensa de sus derechos

Mujeres en defensa de sus conquistas

“Ciudadanos: la mujer en el rincón oscuro y tranquilo del hogar esperaba paciente y resignada esta hora hermosa, en que una revolución nueva rompe su yugo y le desata las alas”. Así proclamó Ana Betancourt en esa jornada histórica de abril de 1869, considerada la primera iniciativa en defensa de los derechos de las cubanas.

A esa ansia y oportunidad por ella enarbolada, se apegan fielmente las mujeres de hoy, convencidas que esta Revolución, la iniciada en octubre de 1868 y que hoy edificamos con nuestras manos, es el espacio ideal para volar, para andar en busca de nuestras aspiraciones, en libertad.

Los cambios sobrevenidos en esas primeras etapas de la gesta libertaria nacional, a favor de los derechos de este sector poblacional, fueron varios como la aprobación de las leyes de patria potestad, divorcio, la nacionalidad de la mujer casada, la eliminación del adulterio como delito, el derecho al voto aprobado en 1934 y efectivo en 1936.

Igualmente, otros como la incorporación de condicionantes que eximían el aborto de responsabilidad criminal en el código de defensa social, entre ellos la necesidad de salvar la vida de la madre; la celebración del III Congreso Nacional de Mujeres y la inclusión de la igualdad de los derechos entre los cónyuges en el matrimonio, al empleo y a recibir igual salario en la Constitución de 1940.

Pero no hay dudas que solo tras el triunfo de enero de 1959 estos fueron una realidad más palpable y objetiva; fue ese el punto desde el cual se logró el ascenso de la mujer en los diferentes estratos de la vida social. Fue entonces cuando de forma pausada fue posicionándose en el lugar que por derecho merece, con la fortaleza de carácter, de espíritu, y la sutilidad y ternura de su alma.

En el centro de prioridad de la Revolución Cubana, protectora del ser humano como artífice fundador, está ella: hija, madre, esposa, trabajadora, ama de casa, niña, joven, adulta, anciana; en igualdad de condiciones, derecho y responsabilidad en lo económico, político, cultural, laboral, social, familiar y en cualquier otro ámbito, como está explícito en la nueva Constitución de la República que refrendaremos los cubanos este 24 de febrero.

Las que representan el más del 50 por ciento de la población cubana, el 53,22 por ciento como diputadas al Parlamento cubano, y ocupan cargos de importancia en la nación: 15 como miembros del Consejo de Estado y tres Vicepresidentas; y las que por toda la geografía del caimán entregan su dedicación y esmero a construir la obra con todos y para el bien de todos, son argumento sobrado.

La vigencia del pensamiento de la patriota Ana Betancourt, de Vilma Espín Guillois, quien afirmó una vez que “socialismo para las cubanas significa libertad, independencia, soberanía, dignidad, justicia social, seguridad para la formación y desarrollo de nuestros hijos, derecho a la igualdad, a la vida, a decidir el propio destino, a trabajar por el porvenir soñado y defenderlo con todas las fuerzas”, resalta en la decisión que muestran las féminas de respaldar la nueva carta magna.

Con la voluntad de ser fieles a la confianza que puso la Revolución en las féminas, en esta hora, como aseveró la patriota camagüeyana, abren sus alas para seguir resguardando su libertad.