Norge estuvo en la zona roja frente a la COVID-19

Norge estuvo 15 días brindando su labor en la zona roja del hospital Celia Sánchez frente a la COVID-19 //Foto Eliexer Pelaez Pacheco
Norge estuvo 15 días brindando su labor en la zona roja del hospital Celia Sánchez frente a la COVID-19 //Foto Eliexer Pelaez Pacheco

Manzanillo. Febrero 6.- Norge Hernández Ramos es un joven manzanillero de tan solo 21 años que estuvo 15 días en la zona roja del Hospital Clínico Quirúrgico provincial Celia Sánchez Manduley de Manzanillo atendiendo directamente a pacientes en vigilancia y positivos a la COVID-19.


Este profesional de la salud pública cubana, graduado hace un poco más de dos años como técnico medio en vigilancia y lucha antivectorial, hoy comparte con nosotros el testimonio de la experiencia que vivió cuando se enfrentó cara a cara con el nuevo coronavirus Sars-Cov-2 en esta instalación médica local, y cómo respondió al llamado de estar en la primera línea de combate contra la COVID-19.


«Cuando entramos a la sala preparada para esta contingencia lo hicimos el 22 de diciembre, eran 14 los casos que estaban aislados porque fueron contactos de casos positivos. De estos pacientes ocho eran sospechosos y de ellos finalmente tres resultaron positivos.

Norge Hernández Ramos //Foto Eliexer Pelaez Pacheco


Mi función era entrar por las mañanas para desinfectar todas las superficies de las camas, los cubículos, los baños. Si ingresaba otro caso se realizaba este mismo proceder, al igual que cuando se iban de alta médica, momento en que volvíamos a desinfectar y a fumigar.


Cuando me hicieron el llamado para trabajar en la zona roja me asusté porque esa era una experincia nueva, de la que nunca había pasado, nunca había estado trabajando directo en un hospital y mucho menos brindando ese servicio.

Asumí con un poco de temor pero fui con la confianza de que lo iba a hacer todo bien. En realidad sí tuve miedo desde el primer momento, pero allí teníamos todos los medios de protección, lo único que debíamos hacer era cuidarnos y usar estos medios correctamente.


Nuestra relación con los pacientes fue muy buena, todos los días les preguntábamos sobre el estado de salud, si había alguno que cumplía años le transmitíamos las felicitaciones siempre mantuviendo la distancia, conversábamos con sus familiares y siempre estábamos atentos a la evolución de cada uno de ellos, al final de ellos recibimos todo el agradecimiento.


Confesar que durante esos días me sentí bien ayudando a esos manzanilleros que tenían una experiencia directa con la COVID-19. Algo que me marcó fue un paciente que tuvimos que padecía de una demencia, a él tuve que ayudarlo mucho incluso a bajar las escaleras del hospital, a llevarlo a la ambulancia, y por su estado que necesitó tanta paciencia y atención me dejó una huella realmente en el desempeño de mi labor.


Estos días me aportaron profesionalmente una nueva experiencia, pude conocer más sobre la enfermedad, ver lo que se sentía estar allí y brindar mi aporte a las personas necesitadas.


Creo que los jóvenes hoy podemos brindar este tipo de ayuda, a ellos les digo que no tengan miedo de trabajar en la zona roja, que es una experincia bonita y que siempre se puede aportar algo para enfrentar la pandemia con responsabilidad junto a los pacientes y poder vencer al coronavirus.


Allí lo esencial que debe tener un trabajador de la salud es responsabilidad, mucha entrega a lo que se está haciendo y confianza entre todos. Siempre yo tuve mucha disciplina, usé correctamente los medios dentro de esta sala.

Norge estuvo 15 días frente a la COVID-19 en la zona roja del Hospital Celia Sánchez //Foto cortesía del entrevistado


Teniendo esta experiencia hoy le envío como mensaje a la población que se cuide mucho pues no sabemos quien está enfermo, que debemos usar los medios correctamente sobre todo el tapabocas, lavarse bien las manos y principalmente cuidarse.


Finalmente digo una vez más que con la juventud siempre se podrá contar para asumir misiones como esta. Cuando me vuelvan a llamar yo siempre responderé con mi presencia en este combate», concluyó este joven sus palabras de lo que significó para él estar en la zona roja directa con la COVID-19.


Para jóvenes como Norge permanecerá nuestro agradecimiento por tanta entrega y compromiso ante esta labor. Los merecidos aplausos son nuestro mayor agradecimiento por vencer los miedos y el cansancio de tantas jornadas agotadoras llenas de estrés, para poder vencer a un virus al que debemos quitar su corona, algún día abrazarnos, y que queden en los recuerdos cuanto hicimos para vencer esta pandemia.



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