“Susy, me parece que estoy viviendo de nuevo los tiempos de la guerra…” Ella nació un 24 de febrero, de ahí que su familia le llame cariñosamente “Patria”, y como por azar del destino su vida ha estado muy apegada a lo que encierra esa enorme dimensión.
Hace 62 años, mi abuela confeccionó brazaletes para los alzados en la Sierra Maestra por petición de Arsenio García, uno de los expedicionarios del Granma, también bordó la primera bandera que se izara en la Loma del Mareón, sitio en el que fueron vilmente asesinados campesinos y obreros de la zona de Pilón dos años antes del triunfo revolucionario.
En aquel momento sólo agendaba en su almanaque 16 años. Hoy es federada del bloque 38 en Manzanillo y asume como un compromiso moral la confección de nasobucos para sus amigos y vecinos.
A ellos ahora también se suman los jóvenes pertenecientes a la unidad de guardafronteras en Manzanillo, quienes recibieron una donación de 23 nasobucos para su protección personal.
Ella, quien cuenta su vida con una humildad y sencillez admirables, ella que usa sus manos para seguir tejiendo el bien, que no busca prebendas, que palpita de manera especial cuando se habla de la Revolución, ella que habla de Fidel con el orgullo de siempre, es también de esas heroínas nuestras que hoy vibran y nacen con Cuba.
¡Y orgullosamente es mi abuela!
