Por estos tiempo se ha hecho habitual ver como a las niñas se descuida en la forma de vestir y en ocasiones hasta de comportarse, es usual ver mujercitas diminutas con ropas que lejos de embellecerlas, las hace ver como si estuvieran disfrazada.
Hace unos días salí con mi hija, era de noche y fuimos al parque, mi pequeña toda coqueta y muy emocionada con sus atuendos creía que estaba en un cuento de hadas; mamá por qué me pones este vestido de princesa – me pregunta- , porque las niñas son eso, princesas, le contesto, ella se hecha a reír y continúa.
La sorpresa fue cuando llegamos, ninguna de las pequeñas que se encontraban en ese sitio vestía como ella, por supuesto que la que se sentía disfrazada era ella, muchas de las que allí estaban la miraban como si fuera extraterrestre, ella toda llena de encajes, cintas y lazos; las otras con ropas de mujer en miniatura, pantalones de mezclilla ajustados al cuerpo, blusas cortas y con diseños poco apropiados para su edad.
Una señora bien mayor se le acerca a mi pequeña y le dice admirada: así es como se visten a las niñas, de esta forma se ven mucho más lindas, no como si fueran ya mujeres.
Lo cierto es que ya no es muy frecuente verlas con batas, ahora se descuida en cierta medida su forma de vestir, que es también una forma de cuidarlas y educarlas, una frase que siempre escuche de mis abuelos y que es una realidad, en dependencia como te vean así te tratan; con esto he entendido siempre que si te vistes decentemente con respeto te tratarán.
Cuidemos la manera en que vestimos a las pequeñas, que debería ser desde su nacimiento toda delicadeza, finura y elegancia; para ser elegante no hay que tener muchos recursos, solo guardar las partes del cuerpo que son reservadas, enseñarlas que hay lugares que se deben cuidar.
No le quememos etapas a nuestras princesas, dejemos que disfruten de la linda inocencia que tiene la infancia y que poco a poco vayan descubriendo la magia de la vida, que vean en su niñez algo que siempre tengan que recordar con cariño; la vida terrenal es corta y esta etapa se va y no regresa, después lamentamos que no se gozó a cabalidad. Estemos atentos siempre a estas cuestiones para que puedan disfrutar de una pequeñez sana y saludable.