Manzanillo. Enero 26.- Desde 1984 en la Empresa Pesquera Industrial de Granma (EPIGRAN) Andrés Luján Vázquez, ubicada en el suroriental territorio de Manzanillo, se prepara mediante los círculos de interés de arte y pesca a las futuras generaciones de hombres y mujeres de mar.
Asesores y especialistas de este centro asumen el reto de la orientación vocacional de los pequeños en el círculo que lleva el nombre del destacado pescador manzanillero Cito Pérez Manzané.
Pioneros desde el cuarto al noveno grado escolar, de las escuelas primarias y secundarias básicas 4 de abril, Manuel Ascunce y el seminternado Adalberto Pesant, conforman la matrícula de los 16 grupos organizados.
Estos infantes se convierten en la cantera de la matrícula para la escuela de la pesca Andrés González Line, única de su tipo en el oriente cubano.
En el centro escolar ubicado a pocos metros de la empresa manzanillera, se pueden formar como futuros patrones y motoristas de barcos, técnicos en arte de pesca y biólogos marinos.
La pequeña Talía Olazábal Fabré siente satisfacción al asistir a este círculo de interés pues “en él aprendemos el vocabulario marino, los distintos tipos de nudos, a nadar y nos preparan para ser un futuro marinero”.
Asimismo su colega de clases Arnaldo Zaavedra Zulueta plantea que aquí aprendió hacer “los nudos llano, el ballestrinque y a conducir los botes”. A sus palabras agrega un mensaje a los pioneros “que se motiven a unirse con disciplina a estos círculos de interés para que conozcan más del mar y sus riquezas”.
Sobre el impacto de estas células de formación vocacional Luis Ángel Batista Vivero, uno de los instructores de EPIGRAN, refiere que “los niños logran una buena vocación en las materias relacionadas con el arte y la pesca. Aquí los preparamos para la vida, los llevamos a competencias y a exposiciones”.
El vínculo del Palacio de Pioneros Una flor para Celia y la empresa, Luis Ángel lo valora de positivo pues, “al traer a los niños a la industria, ellos practican la teoría recibida. Aquí procesan ostiones, participan en la ayuda de las reparaciones de las embarcaciones y realizan actividades en el taller de arte y pesca del centro”.
A lo largo de la vida este instructor ha visto los frutos de esfuerzo. “Hay varios pescadores del territorio que recibieron sus primeras preparaciones en este círculo de interés”, dice Batista Vivero quien con orgullo agrega, “a nosotros nos gusta verlos por las calles hechos hombres y mujeres que ya son patrones, biólogos y especialistas en las diversas materias que un día aprendieron en estos grupos”.
Importantes resultados en competencias y exposiciones municipales, provinciales y nacionales avalan la calidad de este círculo por más de 30 años.
