PROTAGONISTA Yanelis: Pueden contar conmigo para lo que haga falta

Yanelis Escalona, otra de las valientes en la lucha contra la COVID19 // Foto cortesía de la entrevistada

Manzanillo. Junio 8.- El arte de salvar vidas es uno de los más nobles y si hablamos de curar infantes, la sensibilidad es aún mayor; los niños al decir del Apóstol son los que saben querer, son la esperanza del mundo.
Muy bien lo sabe la doctora Yanelis Escalona Pérez , quien es hasta la fecha la única especialista en Pediatría de la provincia Granma que trabajó en la zona roja del Hospital Militar Joaquín Castillo de Santiago de Cuba, en la atención a pequeños enfermos con la CPOVID-19.
Esta joven manzanillera que labora en la sala E del Pediátrico Hermanos Cordové de esta ciudad, no dudó ni un instante en dar su paso al frente para atender a los que padecen esta letal enfermedad; sin mirar a los lados cumplió con su misión: “Estuve trabajando desde el 25 de abril hasta el 25 de mayo, en la atención de cinco niños positivos a la enfermedad”.

Doctora Yanelis Escalona Pérez, ya en su casa luego de cumplir con la atención de niños enfermos con COVID-19 en el Hospital Militar Joaquín Castillo de Santiago de Cuba. /Foto Lilian Salvat Romero

Momentos que marcan su vida, experiencias inolvidables atesora esta galena; “al llegar al hospital tuve una terrible experiencia que me marcó durante todo ese período y fue el lamentable fallecimiento de un paciente de Guantánamo, tenía una leucemia de base, y una situación compleja, pero como quiera eso nos marcó a los que allí estábamos atendiéndolo, eso fue recién llegada”.
Situación a la que tuvo que anteponerse y continuar, otros pequeños esperaban por su atención: “De ahí atendí a cinco pequeños entre ellos una lactante de cinco meses; los niños eran dos de Santiago de Cuba otros dos más de Guantánamo y uno de Granma que era el de 18 meses del municipio Guisa, todos evolucionaron satisfactoriamente y salieron de alta el día primero de mayo ya con sus resultados negativos”.
No todo lo vivido fue triste, hubo momentos en los que el humanismo que caracteriza a los que vivimos en esta isla caribeña se impuso; “tuve una experiencia que atesoro y guardaré siempre, uno de los niñitos enfermos, se paró encima de un sillón y cuando pase por su lado me abrazó y me dio un beso, yo no dude en corresponder a su afecto aún y cuando el podía contagiarme porque estaba positivo al coronavirus, lo abracé, lo besé y lloramos juntos, se veía que estaba falta de afecto, de cariño”.

Yanelis Escalona junto a una de las pequeñas que atendió en la zona roja // Foto cortesía de la entrevistada
Yanelis Escalona junto a una de las pequeñas que atendió en la zona roja // Foto cortesía de la entrevistada
Yanelis Escalona, pediatra manzanillera que atendió niños en la zona roja // Foto cortesía de la entrevistada

Su disposición para cumplir esta tarea estuvo presente desde que apareció la enfermedad, sin importarle dejar a su recién nacida nietecita y aun sabiendo los riesgos que correría, esta joven profesional “desde el primer momento que comenzaron estos tipos de aislamientos yo estuve disponible para cumplir con esta tarea, mi vicedirección siempre conoció de mi disposición para ir a colaborar donde hiciera falta, tanto dentro como fuera del país”.
Para acometer esta labor recibió la debida preparación ante esta enfermedad nueva, “en el Hospital de aquí siempre estuvimos preparándonos y cuando ya estábamos en Santiago recibimos la capacitación pertinente antes de comenzar la atención directa al paciente”.
Cuando le pregunté cuán difícil le resultó asumir su trabajo en esta situación, ella frunce las cejas, abre sus ojos en señal de asombro, respira profundo y me contesta: “Bueno el aislamiento es terrible, eso me costó lágrimas antes y durante, es bien difícil lo que allí se vive, es duro vivir eso, enfrentarse a la verdad porque es una enfermedad altamente contagiosa que está matando miles de personas por todo el mundo; pero sabía que era necesario que fuera para salvar niños. Pienso que después de esto puedo enfrentarme a esto y mucho más. Mi hospital, la provincia y el país puede contar conmigo para lo que haga falta”.
Ahora en su hogar y con la satisfacción del deber cumplido y de haberlo hecho bien, cumpliendo con todas las normas de seguridad, resultando junto al resto del personal que laboró en su rotación, 170 en total, todos negativos a la COVID-19; esta doctora pediatra disfruta de su familia y espera ser llamada nuevamente de ser necesario, en tanto próximamente se reincorporará a su Hospital.

Los niños son su pasión y si se trata de su pequeña nieta, la dedicación es aún mayor./Foto Lilian Salvat Romero