Cuando parecía que el Campo de Tiro de Asaka iba a ser un recuerdo discreto para los cubanos, la imagen cambió y se volvió de plata para el cierre del torneo de estos Juegos Olímpicos.
La medalla salió de la pistola de tiro rápido a 25 metros y tuvo un nombre: Leuris Pupo, quien enfrentó ahora su sexta participación en estas lides; el campeón de Londres 2012; el holguinero tranquilo que sin grandes elocuencias acaba de convertirse en el primero de la Isla con dos premios a este nivel.
Una jornada atrás cerró octavo en la etapa inicial de la fase eliminatoria, y al terminar reconoció tensión, se declaró inconforme con la táctica en sus primeros 30 disparos y se sabía fuera de los seis finalistas.
Ahora toda la historia dio un cambio de 180 grados. La despedida de la urbe nipona no pudo ser mejor, pues pasó a la decisión de las preseas con 583 puntos como quinto entre los asegurados y ya en esa etapa fue borrón y cuenta nueva.
Pupo avanzó ronda a ronda, atrás quedaron otros «duros» –incluido el campeón de Río 2016, el alemán Christian Reitz– y así todo fue solo entre él y el francés Jean Quiquampoix. La serie final del galo llegó a 34 puntos, la del antillano a 29.
«Estoy tranquilo, siempre se siente la lógica presión de esta serie. Estoy tranquilo y sé que podía tirar un poco mejor», dijo un Pupo al que hay que darle siempre el voto de confianza porque demuestra su grandeza en los mejores escenarios.
Más de un año entrenando desde casa por las restricciones que impuso la pandemia de la covid-19, apenas dos meses de preparación reciente en España y nada de competencia resumen el camino de Pupo y del resto de los tiradores cubanos.
Es siempre complejo el panorama en que se desenvuelven, con condiciones mucho más complicadas que el resto de las figuras de élite: desigualdad en las condiciones del campo de tiro en que se entrenan y escasez de municiones son factores que hacen de esta medalla un logro con letras mayúsculas.
«Estoy muy agradecido con todos los que nos han ayudado para llegar aquí. Esta es la compensación por el sacrificio que hacemos a diario y es un sueño hecho realidad», confesó feliz por las horas que ya comenzó a vivir como medallista de plata en Tokio 2020.
Aseguró además que se sintió con fuerzas en la final, que sabía podía hacerlo y recordó las discusiones de medallas de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 (lugar cinco). «Me vi y me sentí parte de un grupo que es casi siempre el mismo en las grandes competencias y estoy feliz por lo que logré», repitió la estrella del equipo cubano.
La medalla de bronce la recibió el chino Yuehong Li. Cuba también contó en esta modalidad con Jorge Félix Álvarez, debutante con un muy buen puesto 12.
Aquí compitieron igualmente por la Isla Laina Pérez en las pistolas de 25 metros (lugar 14) y aire 10 metros (32), además como pareja de Jorge Grau en el evento mixto de esta última modalidad (14).
El propio Grau se despidió en el puesto 19 de la pistola de aire a 10 metros y Eglys de la Cruz ubicada en el 23 del rifle tres posiciones a 50 metros y el escalón 37 en el rifle de aire.