A construir más viviendas, «incluso más de las que necesitamos hoy», ha llamado el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, consciente de que la insuficiencia de inmuebles constituye el mayor problema social acumulado en Cuba, razón por la cual ese Programa se encuentra entre los priorizados por la dirección del país.
A casi dos años de la implementación de la Política de la Vivienda, se cuenta ya con resultados ostensibles, incluso cuando durante el pasado año, problemas tecnológicos y falta de combustible obstaculizaron la producción de cemento y su distribución desde las fábricas a los respectivos puntos de venta, en un contexto de recias dificultades económicas acrecentadas por la hostilidad de EE.UU.
Al cierre del semestre se terminaron 24 mil 620 viviendas; del plan estatal se concluyeron seis mil 274 y en los subsidios, 778 células básicas habitacionales. En el caso de las construidas con esfuerzo propio, cuentan 14 mil 568. Estimulante resulta la prioridad que le continuará dando el Gobierno cubano a las madres con tres o más hijos menores de 12 años. Debe tenerse en cuenta que en 2019 ya 620 fueron favorecidas.
Atendiendo al programa de rehabilitación fueron realizadas 12 mil 638 acciones constructivas de las 32 mil 20 previstas en el segundo año de la Política: por el sector estatal tres mil 414 y por esfuerzo propio nueve mil 224.
Entre las provincias más avanzadas en dicho cumplimiento se encuentran Camagüey (87 %), Santiago de Cuba (60 %), Guantánamo (54 %) y Villa Clara (51 %). En edificios multifamiliares fueron concluidas 509 acciones de este tipo. Con respecto a la recuperación de las afectaciones climatológicas han sido solucionadas hasta junio 13 334.
Los datos ofrecidos en el sitio web del Ministerio de la Construcción dejan ver que incluso cuando el país vive las consecuencias de una pandemia –lo que significa priorizar por encima de todo la salud de las personas– la implementación de la Política comienza a dar sus frutos.
En torno al tema, el Presidente Miguel Díaz-Canel ha indicado que el plan debe contemplar las necesidades y prioridades de cada territorio, y ha insistido en que es preciso construir las viviendas con calidad. Se ha referido a la robustez que debe caracterizar estas construcciones, de modo que sean menos vulnerables ante las afectaciones provocadas por los fenómenos meteorológicos.
Con vehemencia, el Presidente ha insistido en que debemos ser enemigos de la chapucería, por lo que antes de levantar o rehabilitar una vivienda es preciso tener en cuenta su tipología, el confort y la belleza. «Lo más importante –ha dicho– es que lo que hagamos cambie la vida de los necesitados».