Una labor encaminada a defender valores éticos y morales

Por estos tiempos es usual escuchar criterios que no siempre son agradables o tienen la carga informativa necesaria y veraz para que una persona esté actualizada y conozca la realidad de tan compleja situación mundial.

El avance de las nuevas tecnologías conspira en muchas ocasiones contra la verdad, la manipulación de un acontecimiento crea falsos estados de opinión y confunde a muchos que le dan la mayor relevancia a lo que ven en sitios que no siempre son oficiales en el internet.

La labor de un periodista de estos días es ir más allá de esos criterios, siempre con la verdad, ganar en confianza y veracidad para que su opinión sea creíble y confiable.

Un profesional de la palabra no debe descuidar aspectos que para el público son importantes, dar prominencia a lo cotidiano y su estilo de trabajo parecerse cada vez más a él.

En estos momentos es importante que esté bien informado y servir de fuente de consulta en su comunidad, defender sobre todas las cosas la obra de la Revolución y poner en práctica todos sus conocimientos en función de salvaguardar las conquistas alcanzadas.

El combate debe ser diario y desde su puesto de trabajo, no desmayar ante situaciones que pudieran ser complejas, la convicción y la responsabilidad ante su labor debe ser primordial en su agenda cotidiana; la búsqueda constante de información es clave en su desempeño profesional.

Entre sus funciones no debe faltar la superación y con ella los métodos adecuados de comunicación. Son tiempos complejos y la tarea debe ir encaminada a defender los valores éticos y morales.