La sala Nela Martínez, de la Asamblea Nacional, acogió el emotivo acto de adiós al jefe de Estado saliente, en el cual hubo espacio para la música y donde el líder de la Revolución ciudadana en algunos momentos no pudo evitar las lágrimas.
Correa entregó el Informe a la Nación al presidente del órgano legislativo, José Serrano, y la banda, confeccionada por las Hermanas Contemplativas del Buen Pastor, a Moreno, tras lo cual, abandonó el salón junto a su esposa Anne Malherbe y su hijo Rafael Miguel.
Su despedida como jefe de Estado, comenzó más temprano, cuando rindió homenaje y colocó una ofrenda floral en el Mausoleo del Mariscal Antonio José de Sucre, ubicado en la Catedral Metropolitana de Quito, para rendir tributo a los héroes que participaron en la batalla de Pichincha.
Ante la tumba de Sucre se entonaron las notas del himno nacional de Ecuador y Correa permaneció unos minutos en silencio en homenaje a los patriotas.
Tanto a su salida del Palacio de Carondelet y de la Catedral, como en su recorrido hacia la Asamblea Nacional, un mar de pueblo esperó al exjefe de Estado, para saludar y agradecer a su líder por la labor de una década.
Sentimientos encontrados mostraron los ciudadanos. Unos gritaban con euforia, otros lloraban, pero en todos primaban las frases de cariño mezcladas con banderas, globos, carteles o sencillamente un movimiento de manos, al paso del impulsor de la Revolución ciudadana.
Para millones de ecuatorianos y latinoamericanos en general, Rafael Correa Delgado es el artífice de los grandes cambios experimentados en esta nación sudamericana y la persona que ayudó a recuperar la dignidad de todo un pueblo.
Sin embargo, el exgobernante reiteró en numerosas ocasiones que solo cumplió con el deber asignado por el pueblo, verdadero protagonista e impulsor de los logros en materia social, económica y política.
‘Hasta Siempre Rafael’, ‘Gracias Presi’, ‘Te Vamos a Extrañar’, son algunas de las frases de agradecimiento y cariño con las cuales la ciudadanía se despidió de su presidente.
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